¿Es EE.U.U. un refugio de la polución?

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¿Es EE.UU. un refugio de la polución?
Los Estados Unidos ha ganado la medalla de oro en el comercio del maíz. Pero el premio parece empañado cuando se toman en cuenta los daños que involucra para el medio ambiente.

por Frank Ackerman | 6 de marzo de 2002
El libre comercio, de acuerdo con sus críticos, corre el riesgo
de crear refugios de polución-países en donde las normas
ambientales débiles permiten que las industrias contaminantes se
expandan. Los países pobres son los sospechosos usuales; tal vez
la pobreza los lleva a estrategias desesperadas, tales como especializarse
en las industrias que producen mayor polución.
¿Pero podría los Estados Unidos ser un refugio de polución?
La pregunta surge de una mirada a la agricultura bajo el Tratado de Libre
Comercio (TLC), particularmente el comercio de maíz. En términos
económicos estrictos, los Estados Unidos está ganando en
el mercado del maíz. Las exportaciones a México se han duplicado
desde el primer año del TLC, 1994, a más de cinco millones
de toneladas anualmente. El maíz barato de los Estados Unidos está
debilitando la producción tradicional de México; los precios
allí han caído en 27% en sólo unos años, y
una cuarta parte del maíz consumido en México es ahora producido
en los Estados Unidos. Pero en términos ambientales, la victoria
de Estados Unidos llega con un gran costo. La producción de maíz
está pasando de México, en donde era más sostenible,
a los Estados Unidos, donde involucra serios impactos ambientales.
Usted no escuchará esto, ni ninguna otra frase desalentadora,
de los defensores de la autoridad de promoción comercial (vía
rápida) ni del Area de Libre Comercio de las Américas, cuando
esos temas regresen a la agenda política en los próximos
meses.
En la historia oficial, el libre comercio crea aumento en las olas de
la economía que beneficiarán a todos. Y puesto que la gente
más rica presta más atención a la polución,
también el medio ambiente de todos será más limpio.
Se supone que es una historia de triunfo por todos lados.
En realidad, el libre comercio crea perdedores así como ganadores
dentro de cada país. Los trabajadores industriales de los Estados
Unidos y los agricultores campesinos mexicanos están económicamente
peor como resultado del TLC. Cuando se trata del medio ambiente, el libre
comercio puede producir resultados en los que nadie salga ganando, como
es el caso del maíz.
¿Qué tan malo podría ser para los Estados Unidos
ganar la guerra del maíz? El comentario general sobre el tema varía
desde calmadamente positivo a exageradamente alardoso. Sin embargo, el
estilo americano de cultivar el maíz tiene costos ambientales,
y las crecientes ventas a México traen más de esos costos
a los estados del “Cinturón del Maíz”, y a la
nación.
El maíz es una cosecha altamente intensiva en cuanto a químicos,
usando de manera significativa más químicos por acre que
el trigo o la soya, las otras dos principales cosechas. La aplicación
excesiva de fertilizante de nitrógeno es una causa importante de
la polución del agua, que da como resultado la inmensa “zona
muerta” en el Golfo de México alrededor de la desembocadura
del Río Mississippi. La aplicación intensiva de herbicidas
e insecticidas tóxicos amenaza la salud de los trabajadores de
las fincas, las comunidades de agricultores, y los consumidores. El maíz
modificado genéticamente, que ahora representa cerca de una quinta
parte de la producción de los Estados Unidos, implica riesgos desconocidos
a largo plazo para los consumidores y para los ecosistemas.
Problemas adicionales resultan de cultivar maíz en áreas
demasiado secas en donde se requiere irrigación. Los estados tradicionales
del “Cinturón del Maíz”, tales como Iowa, Illinois,
Minnesota e Indiana, tienen amplia lluvia y no necesitan irrigación.
Sin embargo, el 15% de la superficie en acres cultivada con maíz
en Estados Unidos es ahora irrigada casi completamente en Nebraska, Kansas,
parte de Texas, y el este de Colorado. Esas áreas están
tomando agua del acuífero Ogallala, una gigantesca reserva subterránea
que contiene tanta agua fresca como el Lago Hurón. El agua está
siendo sacada del acuífero, para irrigación y otros usos,
mucho más rápido de lo que el acuífero la recupera
de manera natural. Si las frecuencias actuales de uso excesivo continúan,
el acuífero Ogallala habrá reducido su contenido hasta niveles
no utilizables en unas pocas décadas, causando una crisis para
las inmensas áreas de los estados que dependen del acuífero
para suministro de agua. Los subsidios del gobierno, en años pasados,
ayudaron a los agricultores a comprar el equipo necesario para bombear
agua desde el Ogallala, contribuyendo así a la crisis inminente.
Además, el barrenador del maíz, la principal peste de insectos
que comen las plantas de maíz, florece mejor en climas secos. Por
eso los “Estados de Irrigación”, particularmente Texas
y Colorado, son los más atacados por los barrenadores del maíz.
Los cultivadores de maíz en los estados secos tienen la mayor necesidad
de insecticidas; también tienen la motivación más
grande para usar maíz modificado genéticamente, el cual
está diseñado para repeler a los barrenadores del maíz.
Los precios del maíz están bajos en los Estados Unidos
y las ventas generales no están creciendo, sugiriendo que el país
produce ahora un excedente de maíz. Incentivos para producir menos,
no más, serían benéficos ambientalmente, especialmente
si las reducciones se pueden concentrar en las áreas irrigadas.
Pero el “éxito” bajo el TLC empuja en la dirección
opuesta.
Las ventas a México son particularmente importantes para los Estados
Unidos debido a que muchos países se rehúsan a aceptar maíz
modificado genéticamente. Europa ya no importa maíz de los
Estados Unidos por esta razón, y Japón y varios países
del Este de Asia pueden hacer lo mismo. México prohíbe la
producción de maíz modificado genéticamente, pero
todavía permite que sea importado; es uno de los mercados más
grandes que quedan en donde las exportaciones de los Estados Unidos no
tienen problemas sobre este tema.
A pesar de la prohibición de México, se encontró
que el maíz modificado genéticamente estaba siendo producido
en un área rural remota de Oaxaca. Siendo el hogar ancestral del
maíz, México posee una diversidad genética única
e irremplazable. Aunque la extensión del problema todavía
es incierta, el despliegue no planeado y no controlado de plantas desarrolladas
artificialmente en los Estados Unidos podría potencialmente contaminar
a las numerosas variedades naturales de maíz de México.
Una amenaza aún mayor es el impacto económico de las importaciones
baratas desde los Estados Unidos en los agricultores y comunidades rurales.
Las prácticas tradicionales de cultivo, evolucionadas durante miles
de años, usan combinaciones de diferentes variedades naturales
de maíz cuidadosamente adaptadas a las condiciones locales. Si
se pierden esas tradiciones, perderemos una reserva viviente de biodiversidad
en el país de origen de uno de los alimentos más importantes
del mundo.
Los Estados Unidos ha ganado la medalla de oro en el comercio del maíz.
Pero el premio parece empañado cuando se ve a través de
los lentes del medio ambiente de los Estados Unidos, o de la biodiversidad
de México. Los refugios de la polución no siempre tienen
que ser pobres.
Frank Ackerman es Director de Investigación y Política
en el Global Development and Environment Institute de la Tufts University.

 

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Publicado por el
Programa de las Américas del Interhemispheric Resource Center (IRC).
Todos los derechos reservados.
Cita recomendada:
Frank Ackerman, “¿Es EE.U.U. un refugio de la polución?”
Un Comentario del Programa de las Américas (Silver City, NM: Interhemispheric
Resource Center, Marzo 1, 2002).
Ubicación
en Internet:
http://www.americaspolicy.org/commentary/2002/sp_0203mais.html

 

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