El TLC: Un cuento moral

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El TLC: Un Cuento Moral
por Timothy Wise y Kevin Gallagher | 24 de octubre de 2002

A finales de este mes, los ministros de comercio de todo el hemisferio occidental se reunirán en Quito, Ecuador, para las negociaciones sobre la propuesta Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Muchos de los defensores de la ALCA, incluyendo la Administración Bush, la proclaman como una especie de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) para todas las Américas. Y es que de hecho, los primeros borradores sugieren que el tratado propuesto toma como modelo inmediato al TLC, que entró en vigor en 1994. Lo que no está tan claro es por qué la Administración Bush cree que la irregular trayectoria histórica del TLC ayudará a vender la ALCA a los cautelosos gobiernos de Latinoamérica.
En los debates del TLC a principios de los 90 se realizaron numerosas rondas de estudios sobre los impactos anticipados del acuerdo. Pero se ha empleado mucho menos tiempo, energía o atención en valorar esas primeras promesas y advertencias, y menos tiempo se ha empleado todavía en evaluar si México en particular se ha beneficiado del acuerdo.
Hace tres años, nos propusimos estudiar los impactos sociales y medioambientales del TLC y el proceso más vasto de integración económica del que es parte el tratado. Estudiamos no solo los datos del periodo del TLC, sino también los de mitad de los 80, cuando México abría por vez primera su economía. Uno de nuestros objetivos era informar de futuras políticas de comercio y de futuros tratados, como el de la ALCA, para que los países en vías de desarrollo pudieran evaluar mejor las promesas y los peligros de la celebración de acuerdos que estuvieran basados en el TLC.
Del mismo modo en que lo hace el archivo público, nuestras investigaciones sugieren que los gobiernos de Latinoamérica y del Caribe deberían pensar dos veces al firmar el tratado ALCA en su forma actual.

Comercio sin Desarrollo
Está ampliamente aceptado que el objetivo de una integración económica debería ser el de mejorar el nivel de vida de la gente. De acuerdo con nuestras investigaciones, el TLC tiene aún esa promesa por cumplir. Las cifras oficiales tanto del Banco Mundial como del gobierno de México demuestran que la liberalización comercial ha conseguido estimular el comercio y las inversiones, y ha puesto la inflación bajo control. Las exportaciones de México han aumentado rápidamente a un porcentaje anual del 10,6 por ciento desde 1985, y casi se ha triplicado la inversión extranjera directa, llegando a un índice de crecimiento del 21 por ciento anual. La inflación ha sido dominada considerablemente.
Desgraciadamente, este crecimiento no se ha traducido en beneficios para la población de México en su conjunto. Las mismas fuentes oficiales demuestran que:

México ha tenido un crecimiento económico lento–menos de un uno por ciento per capita anual desde 1985 a 1999–en comparación con el 3.4 por ciento desde 1960 a 1980.
El incremento en las exportaciones ha sido sobrepasado considerablemente por el aumento de las importaciones, dejando a México con un déficit importante en su balanza de pagos.
Se han creado pocos puestos de empleo, cubriendo así un porcentaje muy pequeño de la demanda en México de nuevos efectivos para la mano de obra. El sector industrial, uno de los pocos que ha mostrado un crecimiento económico significativo, ha visto una pérdida neta en cuanto a puestos de trabajo desde que la TLC entró en vigor.
Los salarios han descendido a nivel nacional, con una bajada significativa de salarios reales. El salario mínimo real ha bajado un 60 por ciento desde 1982, un 23 por ciento bajo el TLC. Los salarios contractuales han descendido un 55 por ciento desde 1987. Los salarios industriales han descendido un 12 por ciento bajo el TLC.
El 60 por ciento de los empleados no reciben los beneficios que exige la ley de México. Un tercio de la población económicamente activa trabaja en el sector informal.
El número de hogares que viven en la pobreza ha incrementado en un 80 por ciento desde 1984, con el 75 por ciento de la población del país viviendo por debajo de la línea de pobreza en la actualidad.
La desigualdad ha empeorado y el coeficiente de Gini en México (la medida estándar internacional de desigualdad) ha subido de 43 a 48 desde 1984, situando a México entre las naciones con mayor desigualdad del hemisferio.
El sector agrícola está en crisis, ahogado por las importaciones de grano de los EE.UU., caen los precios comerciales, y la ayuda gubernamental se ve reducida. Cuatro quintos de la población rural de México viven en la pobreza, y más de la mitad en una pobreza extrema.

Estas cifras dejan claro que la integración económica de México se ha conseguido a costa del desarrollo. Nuestra investigación empírica propia sobre los impactos sociales y medioambientales de la integración viene a corroborar este informe pesimista.

Medioambiente: Degradación Acelerada
Nuestra investigación se contrapone a las predicciones del TLC que preveían que la integración económica con México llevaría finalmente a una creciente armonización de los estándares medioambientales y de desarrollo. Entre 1985 y 1999, la erosión del suelo rural creció entorno a un 89 por ciento, los residuos sólidos municipales entorno a un 108 por ciento, y la contaminación atmosférica entorno a un 97 por ciento. El gobierno mexicano calcula que los costos económicos de la degradación medioambiental han ascendido a un 10 por ciento del producto interno bruto (PIB) anual, lo que equivale a 36 billones de dólares anuales. Estos costos superan el desarrollo económico, que ascendía a solo un 2,6 por ciento sobre una base anual.
La oleada de inversiones extranjeras directas ha sido un rotundo fracaso en lo que toca a la implantación de medio tecnológicos más ecológicos en la industria mexicana. Aunque los sectores del cemento y del acero son ahora más ecológicos como resultado de la inversión de afuera, se puede decir que constituyen una excepción y no una regla. La contaminación industrial en conjunto se ha casi duplicado desde 1988. A menos que la integración económica aúne esfuerzos con rigurosas reglamentaciones medioambientales con sus respectivas aplicaciones, la contaminación seguirá aumentando. Sin embargo, desde que el TLC entró en vigor, los gastos reales en medioambiente han descendido en un 45 por ciento, y las inspecciones medioambientales de plantas industriales han mostrado un descenso similar.

Maíz y TLC: Los EE.UU. como ‘Refugio de Contaminación’
Nuestra investigación ha demostrado también que algunos de los cambios más significativos en las políticas comerciales con el TLC han tenido impactos netos que han resultado muy destructivos para el medioambiente. Por ejemplo, de forma conjunta con los investigadores mexicanos, hemos estudiado los impactos medioambientales del crecimiento de las exportaciones de maíz estadounidense a México, siguiendo la rápida eliminación de aranceles. La oleada de exportaciones estadounidenses ha creado una presión añadida sobre los empobrecidos granjeros de maíz en México. Esto no solo ha causado un incremento de la pobreza y de la emigración, sino que amenaza además a la rica reserva de biodiversidad de plantas cultivadas por los granjeros tradicionales del país, considerada por los agricultores de todo el planeta como un bien público.
En términos medioambientales, la pérdida de México no equivale a la ganancia de los Estados Unidos. El aumento en la producción de maíz en los EE.UU. ha estimulado en este país algunas de las prácticas agrícolas más destructivas para el medioambiente. En las plantaciones de maíz se utilizan muchos productos químicos, tanto fertilizantes como pesticidas. Recientemente, se han llevado a cabo expansiones de la producción de maíz en algunos de los estados más secos, que requieren niveles de irrigación insostenibles. Esto también ha ayudado al aumento del cultivo de maíz genéticamente manipulado, ya que éste ha sido especialmente diseñado para resistir a las plagas, más predominantes en condiciones secas. En efecto, los Estados Unidos están sirviendo de ‘refugio de contaminación’ para el maíz, mediante el aumento de prácticas estadounidenses medioambientalmente destructivas que están sustituyendo a prácticas más sostenibles en México.

TLC: Ningún Proyecto para las Américas
También hemos llevado a cabo en nuestra investigación estudios de casos que conciernen a la manera en que las organizaciones civiles y sociales de las comunidades más vulnerables del país están respondiendo a los retos de la integración económica. Esta investigación viene a enfatizar el enorme número de mexicanos que el proceso de integración económica está dejando atrás. Los trabajadores de las maquiladoras buscan protección sanitaria y de seguridad, los cultivadores de café luchan contra las bajadas de los precios internacionales, los cultivadores de grano tratan de defenderse de las avalanchas de importaciones, las cooperativas comunitarias silvicultoras del país se enfrentan a temas relacionados con derechos tanto económicos como humanos, y las comunidades pobres intentan proteger los niveles medioambientales y de salubridad que han sido desafiados por las disposiciones de inversiones del Capítulo 11 del TLC.
El saber convencional sobre la integración económica está cambiando. Como respuesta a la crudeza de los hechos, muchos gobiernos de Latinoamérica, eminentes economistas, y organizaciones sociales y civiles cuestionan el enfoque estadounidense sobre la integración económica. Un enérgico debate entre estos actores va a tener lugar tanto dentro como fuera de las reuniones oficiales de Quito. Las críticas no niegan que tanto el comercio como la inversión son herramientas necesarias para el desarrollo. La pregunta es: ¿Qué tipo de comercio e inversión, según qué reglas y con qué objetivo? Sin duda, la trayectoria de México no presagia nada bueno para las naciones de Latinoamérica y del Caribe, que necesitan desesperadamente un cambio tras una década de crecimiento lento y de empeoramiento paulatino de la pobreza.
Kevin Gallagher y Tim Wise son investigadores con el Global Development and Environment Institute de la Universidad de Tufts y colaboradores frecuentes del Programa de las Américas del IRC.

 

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Publicado por el Programa
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Cita recomendada:
Timothy Wise and Kevin Gallagher, “El TLC: Un Cuento Moral,” Programa de las Américas (Silver City, NM: Interhemispheric Resource Center, 24 de octubre de 2002).
Ubicación
en Internet:
http://www.americaspolicy.org/commentary/2002/sp_0210ftaa.html

 

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