Los latinos, por los latinos

La política de identidad resulta positiva en términos de una mayor presencia de los grupos a quienes se promueve. Pero la elección de un presidente afroamericano puede significar que es tiempo de dejar atrás la política de identidad cuando de buen gobierno se trata, y entregarse más bien a la política del bien común.

Cada cuatro años, los grupos de latinos unen fuerzas para exigir que la siguiente administración designe a latinos para el Gabinete y otros cargos de alto nivel; y con demasiada frecuencia los nombramientos logrados decepcionan, como en los casos de Henry Cisneros y Mel Martínez como secretarios de Vivienda y Desarrollo Urbano, y el de Alberto González como Procurador General.

Las agrupaciones latinas, tan diversas como la Alianza Hispana para la Prosperidad, (Hispanic Alliance for Prosperity, HAP) y el Consejo Nacional de La Raza (National Council of La Raza, NCLR), celebraron la nominación por Bush de Alberto Gonzáles en noviembre de 2004 para la Procuraduría General. A pesar de sus débiles credenciales y santurronería ideológica, Gonzáles fue ampliamente elogiado durante el proceso de su confirmación y, más tarde, defendido por grupos latinos.

El Consejo Nacional de La Raza, que ahora pide que el presidente electo Obama nomine a latinos para posiciones en su Gabinete, había criticado al presidente Bush por no incluir a un latino en el suyo tras la salida del conservador Mel Martinez. "Nos alienta mucho la nominación de Gonzalez," declaró el NCLR. "Antes criticamos a la administración Bush por no tener a un hispano en el Gabinete desde la salida del ex Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, ahora senador electo, Mel Martinez. Nos complace que una de las primeras medidas desde la reelección del presidente rectifique esa situación al mismo tiempo que marca un hito histórico para la comunidad latina."

"Nunca antes un Hispano ha ocupado uno de los cuatro puestos principales en el Gabinete: la Secretaría de Estado, del Tesoro y de la Defensa, y Procuraduría General", declaró Janet Murguia, Directora Ejecutiva del Consejo.

Ni mención sobre su ideario político. Ser latino parecía ser suficiente, así como que el NCLR considerara a Gonzalez "un funcionario reflexivo, razonable, un hombre de palabra."

Esta idea de que un latino en posiciones elevadas es bueno para todos los latinos persistió dentro de la comunidad latina durante toda la lastimosa gestión de Gonzales como primer defensor de la Constitución del país. En marzo de 2007, la Alianza Hispana para la Prosperidad emitió un comunicado a los medios en apoyo al acosado Gonzales. "A nombre de los casi 20,000 miembros del Instituto de la HAP, escribimos para rechazar los llamados a la renuncia del Procurador General Al Gonzales, y ofrecemos nuestro respaldo pleno al servicio que siempre ha prestado a nuestro presidente, nuestro país y la comunidad hispana."

Y proseguía: "El Procurador General Gonzales ha logrado lo que muy pocos hispanos. Es un modelo a seguir para la comunidad hispana entera, y su éxito demuestra a nuestros hijos que ellos también pueden realizar sus sueños. El Procurador General Gonzales no debe ser el chivo expiatorio de quienes están contra las políticas de la actual administración. La comunidad hispana no tolerará las políticas partidistas que conduzcan al sacrificio de uno de sus miembros más respetados y productivos."

Cuando al final, Gonzalez fue obligado a renunciar debido a los múltiples escándalos provocados por su justificación de la tortura, y por su intervención para el nombramiento y despido de procuradores según criterios politizados, los grupos tuvieron poco que decir.

¿No es ya tiempo de terminar con la política de identidades, en virtud de la cual se evalúa, respalda o promueve a funcionarios políticos primordialmente por pertenecer a determinada raza, origen étnico o género, en lugar de hacerlo por los principios que representan? Una política cuyo uso suele producir la elevación de figuras sin carácter como Alberto Gonzales y Clarence Thomas; es decir, incondicionales de su partido y no defensores de los desfavorecidos o desprotegidos.

Por lo que se ve, ese tiempo todavía no ha llegado. Antes de las elecciones, la Agenda Nacional para el Liderazgo Hispano (National Hispanic Leadership Agenda), una coalición de más de veinticuatro organizaciones latinas, envió a ambos candidatos una lista de políticas recomendadas, entre ellas la demanda de que la nueva administración coloque un mayor número de hispanos en puestos políticos y nombre a más hispanos para formar parte del Poder Judicial Federal.

La publicación Politico informó: "Semanas antes de que Barack Obama ganara la presidencia, se reunió en privado en Washington con su ex rival demócrata la senadora por Nueva York Hillary Rodham Clinton y con dirigentes políticos latinos que habían apoyado fervientemente la campaña de esta última."

"Se pusieron las cartas sobre la mesa," comentó uno de los participantes. "Los dirigentes hispanos dijeron que esperaban al menos el nombramiento de dos latinos para el Gabinete de Obama—siguiendo la norma establecida por el presidente electo Bill Clinton en 1992—pero preferirían que fueran tres. Desde luego, también querían puestos debajo del nivel de Gabinete," de acuerdo con Politico.

Asistió a la reunión Raul Yzaguirre, ex presidente del Consejo Nacional de La Raza, quien dijo: "Indicamos que la norma había sido establecida, tanto por gobiernos republicanos como demócratas, de tener dos (latinos) por lo menos en el Gabinete, y que todos esperábamos eso como mínimo," añadiendo que la reunión "ayudó a aclarar la atmósfera y sanar las heridas" de la intensa batalla durante las primarias.

Entonces, tras la victoria de Obama, los grupos latinos, en lo individual y lo colectivo, comenzaron a presionar por la designación de latinos.

El país acababa de elegir a su primer presidente afroamericano, quien ganó el apoyo popular con un mensaje de inclusión y cambio. Pero los grupos latinos de élite, dirigidos por la Agenda Nacional para el Liderazgo Hispano, insisten en que la considerable participación latina en las elecciones a favor de los demócratas debe ser recompensada con más nombramientos de latinos en la nueva administración.

La Agenda Nacional para el Liderazgo Hispano, encabezada por el presidente del Fondo Mexicano-Americano de Defensa Jurídica (Mexican American Legal Defense Fund, MALDF), envió a Obama una carta firmada por 35 grupos latinos instándolo a nominar a Bill Richardson como su Secretario de Estado.

Ramona Romero, presidente de la Barra Nacional de Abogados Hispanos (Hispanic National Bar Association) emitió un comunicado de prensa que "llamaba al presidente electo a asignar más hispanos a la Judicatura Federal, y lo instaba a hacer historia una vez más nominando a un hispano para ocupar la primera vacante en la Suprema Corte de Justicia de los E.U. que se dé durante su mandato."

El Dr. Antonio Flores, presidente de la Asociación Hispana de Colegios y Universidades (Hispanic Association of Colleges and Universities) , envió una misiva a Obama recomendándole a 14 dirigentes de colegios y universidades para llenar puestos potenciales ya fuera en su Gabinete o en niveles cercanos.

Rubén Navarrete, columnista pro latino en varias publicaciones, apoya la política de identidad, pero se muestra escéptico de que funcione como debiera hacerlo para los latinos. En su columna de esta semana, Navarrete escribió: "Esperen que los latinos sean estafados… una vez más. Pueden ser contentados con un par de nombramientos de alto perfil. Ya se menciona a Bill Richardson como posible Secretario de Estado, y el Alcalde de Los Ángeles, Antonio Villar aigosa, podría ser también considerado para un puesto prominente en el nuevo gobierno. Como alguien que hizo historia, Obama podría dar más lustre a su proeza nombrando al primer latino que ocupara un lugar en la Suprema Corte de Justicia."

"Empero cuando se llegue al tema de la inmigración, a Obama le será difícil mantener la promesa de reforma comprensiva que hizo el verano pasado," predijo Navarrete, y culpó de ello a los cabilderos laborales por obstruir la reforma a la inmigración. "Como siempre ha sido con la cuestión de la inmigración, lo que más preocupa a los demócratas es desagradar a sus patrocinadores de las organizaciones sindicales/laborales," afirmó Navarrete.

Además de Richardson, los principales candidatos a ocupar puestos de alto nivel en la nueva administración son, entre otros, el Alcalde de Denver Federico Peña, el de Los Ángeles Antonio Villaraigosa, el abogado de Tampa Frank Sánchez, Mariano Forentino "Tino" Cuéllar, la ex vicepresidenta de la AFL-CIO Linda Chavez-Thompson, y el ex comisionado de Acciones y Valores (en la Securities and Exchange Commission, SEC) Roel Campos.

Estos y otros nombres ofrecidos por los grupos latinos, son todos latinos; lo cual tiene sentido si se acepta la política como siempre ha sido. En el moderno Estados Unidos, la práctica por grupos de identidad de promover a miembros de sectores étnicos o raciales para puestos políticos ha ayudado a abrir el sistema político a grupos hasta entonces privados de sus derechos civiles.

Sin duda alguna este tipo de cabildeo de intereses especiales ha servido a la causa de los derechos civiles en Estados Unidos; siendo su mejor ejemplo la presencia actual de afroamericanos en altos niveles del gobierno local y federal. Sin embargo, está cargado de problemas.

Quienes progresen en el sistema político con el respaldo de grupos de identidad pueden compartir el mismo color y cultura de sus promotores, pero su avance no necesariamente implica que servirán a los mejores intereses sea de su grupo de identidad o del total del pueblo estadounidense, como es el caso de Gonzales, o el de muchas mujeres antifeministas en gobiernos conservadores.

Lo que respondía al sentido común y a una política funcional en el pasado, puede ya no servir ni a grupos de identidad ni al bien común. Cabildear por figuras públicas únicamente porque pertenecen a una raza, género u origen étnico particular no garantiza ventajas para esa comunidad particular.

La identidad debiera seguir siendo un criterio para posiciones de liderazgo, pero sólo en la medida en que esos individuos representen auténticamente los intereses de sus sectores sociales; ocupen el puesto con capacidades y conocimientos sólidos, y estén comprometidos con ocuparse de los asuntos de mayor alcance e importancia a que la nación se enfrenta.

En un momento en que la política del cambio y la inclusión ha llegado a Estados Unidos, gracias a Obama y a un partido demócrata inclusivo (como es evidente en la composición étnica/racial/de género de la Convención del Partido Demócrata), se hace indispensable una nueva estrategia para funcionar.

En lugar de jugar a la política habitual de acuerdo a grupos de identidad para identificar a individuos que sirvan y representen a todos los estadounidenses, las organizaciones y votantes latinos harían mejor desarrollando un conjunto de prioridades para sus comunidades y concentrándose fundamentalmente en las creencias y compromisos de los nominados antes que en avances numéricos. Ya entonces, podrían elaborar y recomendar una lista de individuos que incluya a muchos de los latinos que todos los estadounidenses han llegado a respetar, que cumplan y estén a la altura de su cargo.

¿Política de identidad en un Estados Unidos bajo un gobierno de Obama? Es tiempo de cambiar.

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