La brecha de género en la construcción de la paz

Los obstáculos que enfrentan las mujeres excombatientes de las Farc para su reincorporación a la vida civil

En el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera que firmaron el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) a finales de 2016, se hizo visible la necesidad de un desarrollo rural integral para la construcción de la paz en Colombia y, en ese marco, de incluir intereses y necesidades de quienes componen dicha ruralidad, entre ellos, las mujeres (campesinas, afrodescendientes e indígenas), por medio de la transversalización del enfoque de género en todo lo pactado.

Según Isabela Sanroque, excombatiente de las FARC e integrante del partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, entrevistada para esta nota, “la subcomisión de género en las negociaciones de los Acuerdos de Paz permitió ver las posiciones de las organizaciones de mujeres rurales sobre lo que debe ser este país.” Incluso, cuenta que en las FARC no se hablaba del concepto de equidad de género y, para ella, llegar a hacer parte de esta subcomisión en las negociaciones de La Habana le permitió entender la importancia de hablar de éste.

El hecho de incorporar el tema de género —y las mujeres- en las negociaciones no tiene antecedentes. En las negociaciones para un acuerdo de paz llevadas a cabo en San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá, con el gobierno de Andrés Pastrana entre los años 1998 y 2002, ninguna mujer fue delegada por parte de esta guerrilla. En La Habana, por el contrario, la subcomisión de género estaba compuesta por cinco representantes del gobierno y cinco de las FARC.

A pesar de ello, la perspectiva de género se quedó corta, pues no se consideró que quienes se reincorporarían a la vida civil no son una masa homogénea de personas. El enfoque de género no se consideró como algo fundamental para el proceso de reincorporación y, por ello, las mujeres de las FARC han sido invisibilizadas, a pesar de que en el grupo guerrillero las mujeres representaban el 40% de los integrantes.

Algunas de las barreras para las mujeres

La brecha de género se ve claramente reflejada en dos esferas de la vida: la productiva y la reproductiva. Las mujeres tienen unas necesidades e intereses particulares y se encuentran con unos obstáculos distintos a los de los hombres que están en el mismo proceso de reincorporación. De hecho, las mujeres suelen enfrentarse a muchas más barreras que los hombres, por el simple hecho de ser mujeres.

En cuanto a la esfera reproductiva, está el estigma con el que cargan las ex guerrilleras en relación al ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos mientras estaban en las filas del grupo, y están las necesidades que trae consigo la maternidad luego de la firma del Acuerdo.

Sanroque cuenta que durante la guerra la interrupción del embarazo era una opción para las guerrilleras. Por su parte, los principales medios de comunicación en Colombia suelen afirmar que la interrupción era siempre forzada. La investigación periodística “La vida íntima guerrillera: así fue la educación sexual de las FARC” hecha en 2017 por la revista ¡Pacifista!, recurre a Oxfam para decir que 1.810 mujeres del grupo guerrillero fueron forzadas a practicarse abortos para el 2011 y a la Fiscalía General de la Nación que sostiene que las FARC tendrán que enfrentar un proceso ante la justicia transicional por 232 investigaciones de violencia sexual entre sus filas. Los cargos incluyen aborto forzado, esterilización forzada y violación. En todo caso, las excombatientes cargan con el estigma que supone que, por haber pertenecido al grupo armado, vivieron diversos tipos de violencia y esclavitud sexual.

Por otro lado, muchas ex guerrilleras actualmente no cuentan con las condiciones dignas para ser mamás en esta etapa de reintegración. Según Diana Acuña de Sinestesia ONG, muchas mujeres habían suspendido la maternidad durante la guerra, y haber decidido ser madres después de la firma del Acuerdo, puede poner en pausa aspectos de la reintegración psicológica y económica como el acceso a la educación y a financiación de proyectos productivos, por tener que dedicarse únicamente al cuidado de sus hijos. El programa de reincorporación no plantea estrategias en las que se articulen estas necesidades, como acceso a guarderías y jardines.

De hecho, ninguno de los veintiséis Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) en los que viven excombatientes de las FARC en su proyecto comunitario, cuenta con servicios de cuidado (guarderías, jardines infantiles) lo que significa que esta labor está a cargo de las madres. Ejemplo de esta necesidad es el ETCR del municipio de Icononzo, departamento del Tolima, que cuenta con 50 niñas y niños entre los 0 y los 4 años. A pesar de ello, Sanroque asegura que no ha habido ninguna iniciativa de formación en pedagogía para quienes quieren trabajar en el proyecto de los jardines infantiles de los ETCR.

Finalmente, en lo que se refiere a la esfera productiva, uno de los grandes obstáculos es que la reincorporación económica de las mujeres se suele asociar a actividades relacionadas con los roles de género tradicionales: confección de ropa, manufactura y pedagogía. Por ello, para Isabela Sanroque, se requieren medidas afirmativas para acceder a la reintegración económica, por ejemplo, en lo que se refiere a proyectos productivos no necesariamente relacionados con las actividades antes mencionadas.

Con respecto a la participación y la incidencia en espacios de toma de decisiones  

Según Isabela Sanroque, las excombatientes ven como fundamental ser capacitadas en cómo incidir en procesos de toma de decisiones y en procesos de formulación de políticas públicas.

La ausencia del enfoque de género en la reincorporación hace evidentes estos tres obstáculos con respecto a la participación de las mujeres excombatientes en procesos de toma de decisión:

  1. No hay programas de fortalecimiento organizativo para las mujeres.
  2. No hay campañas mediáticas en contra de los estigmas que sufren las mujeres por haber participado activamente en la guerra. En palabras de Isabela Sanroque, “para los demás, nosotras no teníamos posibilidades y no había participación en los espacios de toma de decisión. Por eso, quedamos como unas cómplices de esos hombres malvados.”
  3. No hay un enfoque que diferencie y reconozca las barreras que tienen las mujeres rurales (campesinas, afrodescendientes e indígenas) en comparación con las urbanas que hicieron parte del grupo armado.

Conclusiones

Para Diana Acuña de Sinestesia ONG, se podría decir que en la guerra había mayor igualdad entre hombres y mujeres que en el proceso de reincorporación porque en la vida civil se vuelven a imponer los roles tradicionales de género y, a su vez, la brecha de género, por ejemplo, para acceder a espacios de toma de decisiones. Tal es el caso de la participación política de las excombatientes en las curules de Senado y Cámara de Representantes de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el partido político de las FARC que surgió del Acuerdo de Paz. Para el caso del Senado, habiéndose acordado cinco curules, hay dos mujeres: Victoria Sandino y Sandra Ramírez. De las cinco curules acordadas para Cámara de Representantes, no hay ninguna mujer.

Es fundamental que los programas de reintegración no hagan énfasis en el rol de las mujeres como constructoras de una familia porque desde esa perspectiva su papel en la construcción de la paz puede ser reducido a que sean quienes impiden que sus parejas retomen las armas. Esto significa que las opciones de vivir en la legalidad tienen que ser otras que simplemente ser amas de casa o madres.

Según las investigadoras Camille Boutron y Diana Gómez Correal, “las mujeres combatientes en efecto encarnan una doble transgresión: no solamente infringen la ley, sino que también rompen con los estereotipos tradicionales de género” (Universidad de Los Andes, 2017) pues mientras en la guerra se rompen los estereotipos, en la reincorporación lo que espera el Estado es que se retomen los roles tradicionales de género.

 

Referencias

Retos de la reincorporación civil de mujeres, 16 de marzo de 2017

http://uniandes.edu.co/noticias/desarrollo-regional/retos-reincorporacion-civil-mujeres-acuerdos-de-paz

La vida íntima guerrillera: así fue la educación sexual de las Farc, 29 de noviembre de 2017 en ¡Pacifista!

http://pacifista.co/la-vida-intima-guerrillera-asi-fue-la-educacion-sexual-de-las-farc/

El número de excombatientes de las FARC asesinados ya es alarmante, 2 de febrero de 2018 en ¡Pacifista!

http://pacifista.co/el-numero-de-excombatientes-de-las-farc-asesinados-ya-es-alarmante/

Las mujeres de las Farc diseñan las formas de participar en la reincorporación, El Espectador Colombia 2020

https://colombia2020.elespectador.com/politica/las-mujeres-de-las-farc-disenan-las-formas-de-participar-en-la-reincorporacion

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