Las mujeres campesinas avanzan contra la violencia de género y por la paridad en las dirigencias

1622166_626695897379916_2129031112_nEn el estado sureño de Guerrero, en la región montañosa de Chilapa, hunde sus raíces la Sanzekan Tinemi (Seguimos Juntos, en náhuatl), organización campesina distinguida por su compromiso con la agroecología y por la relevancia que concede a la participación de las mujeres.

Juana Flores Moreno ha dirigido recientemente la agrupación compuesta por más de mil 200 familias productoras de granos básicos mediante el sistema milpa, de mezcal artesanal bajo métodos sustentables, de hortalizas en ambientes protegidos, de artesanías de palma, barro, madera y hoja de maíz, entre otras actividades.

Aunque Flores Moreno ya no preside la Sanzekan, participó activamente en la preparación del encuentro realizado este 8 de marzo. Más de 80 mujeres con liderazgo en sus comunidades, socias y participantes en los proyectos de la organización, se reunieron en sus amplias instalaciones ubicadas en Chilapa.

En el proceso hacia la asamblea de la Unión Nacional de Mujeres Indígenas y Campesinas  (UNMIC), que se realizará este año, las mujeres integrantes de la Sanzekan han estado inmersas  en una serie de talleres, conferencias y actividades de la campaña permanente Basta de violencia contra la mujer. Han participado en mesas de trabajo con base en presentaciones y ponencias sobre temas como representatividad y equidad de género, de los cuales han obtenido elementos para la declaratoria final aprobada el día 8.

En el documento las mujeres se pronunciaron por políticas públicas que promuevan el uso generalizado de abonos orgánicos —como ellas ya lo impulsan desde sus comunidades—, se declararon en contra de la experimentación y uso comercial de semillas transgénicas, rechazando particularmente la introducción de cultivos del maíz genéticamente modificado de Monsanto y otras trasnacionales en territorio nacional, y se comprometieron a mantener el uso de semillas nativas y criollas en la producción de alimentos sanos para sus comunidades y el mercado local.

_____________________________________________________________________________________

“Ha sido difícil porque no deja de haber resistencias, pero se nota el avance de la concientización en una mayor participación de las mujeres, y la participación de los hombres ha sido un poco más amplia.

____________________________________________________________________________________

En abril realizarán el encuentro anual de comidas tradicionales que rescata la dieta autóctona de la región, abandonada por la invasión de alimentos industrializados causantes de serios problemas de salud. Desde docenas de comunidades llegarán a Chilapa otra vez las mujeres con sus hornillas y anafres y con ingredientes frescos, a la vista de todos, prepararán sus viandas basadas en recetas antiquísimas, para ponerlas a disposición del paladar de los invitados.

De la declaratoria aprobada por las mujeres, destaca la propuesta que harán a su organización para establecer la paridad de género en todos los niveles de representación.

Sus resoluciones serán presentadas en la reunión de delegados el 15 de marzo, y las llevarán posteriormente a la asamblea general de abril próximo.

Sobre la propuesta de 50 por ciento de representación de mujeres en los órganos directivos de la Sanzekan, Flores Moreno es optimista y comenta que ha habido avances importantes: “Cada vez —afirma— hay más conciencia de parte de los varones; al principio resienten pero van aceptando y ahora casi siempre hay acuerdo sobre estos temas en el seno de la organización. También queremos que en el próximo periodo otra vez una mujer sea presidenta, y todo esto serán pasos para ir más allá y plantear la representación equitativa en otros niveles donde participamos”.

……………………..

En el corazón de los valles del Yaqui y Mayo, en el noroeste del país, funciona desde hace 21 años la Jámutchim (mujeres, en lengua cahíta), sociedad de ahorro y préstamo que financia cooperativas de producción y consumo así como pequeñas empresas integradas por mujeres. Buena parte son negocios familiares en los ramos de abarrotes, elaboración de tortillas de harina de trigo, carne machaca, confección de ropa casual y uniformes, entre muchos otros.

Presidida por Reina Edalia Ávila Salazar, la agrupación se ha consolidado organizativamente. Cuenta con oficinas y salas de reuniones propias, incluso un gimnasio grande y bien equipado. Su área de acción se localiza principalmente en el municipio de Benito Juárez, al sur de Ciudad Obregón y recientemente ha ampliado su influencia al municipio de Rosario Tesopaco, en la sierra cercana. El Día Internacional de la Mujer coincide con su aniversario de fundación y con la asamblea anual ordinaria cuyo programa incluye esta vez la renovación de dirigencia.

Susana Nava Jaramillo, una de las más de 700 integrantes de la Jámutchim y dirigente nacional de la UNMIC, cuenta que han tenido avances significativos en la organización y capacitación de las mujeres. Sus actividades como la campaña Basta de violencia contra las mujeres, que inició hace más de dos años y ya es permanente, han profundizado la toma de conciencia de mujeres y hombres de manera notable en entidades como Chiapas, Guerrero, Hidalgo y Sonora.

“Ha sido difícil —afirma Nava— porque no deja de haber resistencias, pero se nota el avance de la concientización en una mayor participación de las mujeres, y la participación de los hombres ha sido un poco más amplia. La respuesta es buena, vamos a continuar este año con la campaña”.

Nava Jaramillo coincide en que las organizaciones mixtas deben avanzar hacia la representación paritaria de los géneros, como se ha establecido en la estructura de La Vía Campesina (LVC). Ella asistió a la Conferencia Mundial de la organización realizada en Yakarta el año pasado.

Recuerda que en la IV Asamblea de las Mujeres en el marco de la Conferencia se reunieron representantes campesinas de todo el mundo quienes en el transcurso de los 20 años de la LVC han trabajado por construir un movimiento comprometido con la defensa de la agricultura campesina, la soberanía alimentaria y la lucha por la igualdad y la dignidad de mujeres y hombres del campo.

“La Vía Campesina es un movimiento que reconoce la completa igualdad y valor tanto de hombres como de mujeres”, sostiene Nava.

La defensa del derecho a la alimentación, de la biodiversidad, de nuestros bienes naturales y la lucha por poner fin a la violencia en todas sus expresiones, agudizadas por el sistema capitalista y patriarcal, son banderas de la lucha de las mujeres campesinas —reivindicadas este 8 de marzo y todos los días— y son factores clave para la defensa de la vida y la construcción de una sociedad igualitaria.

TE RECOMENDAMOS