Plantas hidroeléctricas invaden tierras indígenas en Brasil

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Plantas hidroeléctricas invaden tierras indígenas en Brasil

La historia social y ambiental de las Amazonas Brasileñas por los últimos cuatro años ha estado gobernada por finalización de monumentales proyectos de infraestructura, especialmente en transportación y generación de energía. A través de los años, investigaciones sobre la operación del sector energético ha traído a la luz el impacto en el ambiente y como afecta a la población que vive dentro de su órbita.

Un punto recurrente en estos estudios es la enorme influencia que las compañías constructoras y mineras (petróleo, gas o forestales), al igual que muchas de las industrias agro-industriales y los negocios de agro-exportación ejercen en las políticas y prácticas estatales de desarrollo. Estas compañías seguido ejercen considerables ventajas en las decisiones y el proceso en áreas que usualmente y formalmente son designadas a estar en la esfera política. La aparente inhabilidad del Estado de establecer las mejores prácticas y procedimientos para asegurar que consulten con los nativos, quilombola[1] y la población tradicional[2] parece ser el resultado de estos intereses parcialmente escondidos, jerarquías, y regulaciones envueltas en esta compleja relación[3].

A lo que Harvey comúnmente se refiere como “acumulación por medio de desposesión” no es poco común en el teatro Amazónico. La Capital “adquiere” extensiones de nuevo territorio y le niega a la población indígena que ahí habita acceso a sus tierras y agua. Por lo tanto el Ambiente es simbólico y materialmente minimizado exclusivamente hacia el reino comercial y se convierte en no más que un producto inyectado al mercado global para asistir a la producción y servir al crecimiento económico. Esto inevitablemente lanza la corriente de migración humana como la manera usual de subsistir de la población tradicional y rural (sea indígenas, quilombolas o riberirinhos[4]) son los afectados y son forzados a desubicarse. Además, el pleito por controlar y adueñarse de la tierra aumenta, el proceso de deforestación se acelera para poder asegurar el establecimiento de una mono-cultura de cosechas (tales como soya, caña de azúcar, eucalipto, etc.) Es muy común la especulación descarada. En ocasiones la corriente de los ríos es alterada creando crisis múltiples de acceso, suministro de, agua no solo para uso humano sino para otros medios de subsistencia (la Presa el Belo Monte) es un ejemplo de tal situación). Consecuentemente, existe un impacto sistemático y directo a la cadena alimenticia, y en particular a los peces en los ríos. Falto de vegetación comienza la descomposición y produce emisiones de gas metano (el efecto invernadero) lo que no solo los despide a la atmosfera sino la propagación de enfermedades tales como la malaria. Este es el resultado de un aumento en enfermedades infecciosas, un aumento exponencial de EIT registradas.

La falta de planeación se une a la descarada indiferencia por las limitaciones y provisiones agregadas cuando se expiden las licencias. Este es el resultado de un sistema frágil de cuidado a la salud pública acompañado por el aumento del costo de vida, especialmente en vivienda y alimentos. Mitigando y/o compensando medidas tomadas ya sea por las compañías de energía o el sector publico son retrogradas e insuficientes, implementadas muy tarde para remediar cualquier efecto negativo en la poblaciones indígenas. No es inusual que la incidencia del incremento de violencia haya aumentado dramáticamente en las comunidades afectadas. Los casos de muertes por violencia o accidentes también han aumentado considerablemente.

La transmisión y distribución de fuerza eléctrica por las plantas hidroeléctricas, en la forma de cables masivos, provee aún más otra causa de preocupación debido al impacto substancial social y ambiental. Aun en las llamadas “plataformas usinas”[5] la energía debe ser conectada a la red eléctrica regional o nacional, y esto ocurre en tierra, ya sea tomando ventaja de las rutas ya con deforestación (al parejo de las autopistas) o por medio de limpia y consecuentemente mantenimiento de nuevos caminos. Se estima que se va a necesitar cientos de kilómetros, y estos caminos ya despejados pasaran por áreas de conservación, territorio indígena y propiedades privadas.

La zaga del Apinayé, que habitan el área conocida como “Bico do Papagaio” (Pico de Perico) está en el estado Amazónico de Tocantins, ilustrando la historia de desposeimiento. Por los últimos cincuenta años, han visto como su territorio y modo de vivir ha disminuido a través de la creación de varios proyectos de infraestructura, a lo largo del ferrocarril Carajás y el Norte-Sul, el BR 153 Transamazonas, y las autopistas TO 126 y TO 134, las líneas de alto voltaje de la planta hidroeléctrica del Tucurui, las reverberaciones ambientales de las plantas en el Estreito y Lajeado, así como las nuevas corrientes de agua construidas en el ríos Tocantins/Araguaia. A esto se le puede agregar en el futuro los peligros de la presa propuesta para la Serra Quebrada que amenaza con inundar el 14% de terreno legal designado como Apinajé TI. También se enfrentan a un programa acelerado de deforestación fomentada por las compañías tales como Sinobrás (minería), Eco Brasil Florestas S.A. (producción de celulosa), Cargil Agrícola S.A. (exportador de Agroindustria de EU), Suzano Papel e Celulose S.A. (pulpa de papel y papel). Estas compañías son amparadas y son cómplices por el Instituto de Natureza do Tocantins (el Instituto Naturaleza de Tocantins) y animadas a invertir en la siembra de soya, azúcar de caña, eucalipto y con un plan de establecer minas de carbón en los extremos norte del estado de Tocantins.

El proceso y las consecuencias que se han observado y registrado en varios casos y situaciones no solo a través de la Amazona Brasileña, pero también en otras áreas en el Brasil y a través del mundo [6].

Plantas hidroeléctricas en el Amazonas: Los efectos en los Territorios Indígenas

Ignorando toda la evidencia registrada y sometida a objeciones, el Plano Decenal de Expansăo de Energía 2023 (El Plan de Diez Años Para la Expansión Energética 2013), o PED) proyecta un aumento de 28,000 mega watts en producción de energía en la década del 2014-2023 a través de la llegada de varias plantas hidroeléctricas a gran escala. Sin embargo, eso no predice que cualquiera de las 30 plantas a través del país tendrá algún impacto en los territorios indígenas. El plan muestra que once de las treinta estarán situadas por lo menos a 40 km de los terrenos indígenas en lo que es conocido como “el Amazonas Legal” y por lo menos a15 km de retirado de lo que resta en las regiones. El plan esta afianzado por un decreto oficial conocido como Portaria Interministerial No. 419/2011, la cual regula las acciones de los cuerpos públicos federales que tratan con expedir las licencias ambientales federales. Sin embargo, el plan reconoce que hasta ocho diferentes territorios indígenas serán afectados por las 232 líneas de transmisión nueva que estas plantas requerirán, lo cual combinado, agregara hasta un total de 41,000 km, de nuevas líneas [7].

Cotejado con los hechos y la información disponible en el Instituto de Socioeconomía de Investigación (Inesc) bajo el título de Derechos e Inversiones en el Amazonas,” pudimos determinar que la colección de veintitrés estaciones de fuerza hidroeléctrica localizadas a un mínimo de diecisiete desarrollos de infraestructura, tienen consecuencias socio ambientales en los territorios indígenas, ya sea por la población que ahí vive o por el ambiente físico de estas poblaciones son el vínculo de mantener y promover el desarrollo de sus maneras de vivir.

La discrepancia sobre el alcance del impacto proyectado en el TI entre nuestro estudio y la versión oficial gira alrededor del concepto de “impacto o interferencia” como está construida y definida. De acuerdo a la legislación actual, una “interferencia en TI” ocurre cuando una porción de terreno TI es influido directamente por las barreras de la presa o por los depósitos de agua. El criterio para definir y medir el “impacto” es concerniente a los efectos territoriales y ambientales solamente y no incluye la dimensión social o humana. Es nuestra posición que ambos son urgentes e imperativos y que este indicador debe ser considerado.

En lo que concierne a las comunidades indígenas, existen varios estudios que indican que los impactos indirectos a tal escala son tan negativos o aún más que los impactos directos. El solo anuncio de que tal proyecto está en preparación en las cercanías, ha sido acompañado por visitas y contacto con topógrafos o investigadores es suficiente para provocar una intensa inquietud y ansiedad en la comunidad India. La situación en la cuenca del Tapajós es uno de esos ejemplos.

Los estudios llevados a cabo en las últimas décadas claramente muestran que la interferencia causada por tales proyectos masivos llega más allá de 10 km a la redonda. Puede afectar a las comunidades indígenas mucho tiempo antes de que exista cualquier tipo de contacto directo con el proyecto—eso quiere decir, mucho antes que se encuentren cara a cara en la coyuntura de la construcción de presas, vías ferroviarias, o el levantamiento de transmisores. Como fue explicado por Daniel Posey in 1987, el contacto se puede clasificar de tres diferentes maneras:

  • Contacto indirecto, lo cual incluye la transmisión de enfermedades sin ser portador humano a través de insectos u origen animal o depositarios
  • Contacto intermediario, el cual depende de un contacto temporal o fortuito con un grupo de individuos tales como comerciantes, soldados, investigadores, servidores públicos, mineros, huleros, u otras persona indígenas que ya han estado en contacto con otras personas y sus enfermedades
  • Contacto directo, lo cual, se sugiere, es el resultado de cohabitación con misioneros, servidores públicos y personal trabajando permanentemente en la comunidad, turistas, o también, relaciones personales permanentes tales como matrimonios con los que se ya ha permanecido por periodos largos de vida en centros urbanos o con otros que ya lo tienen.

La colección de artículos editados por Martin Alberto Ibañez-Novion y Ari Miguel T4eizeira Ott in 1987 y el estudio bibliográfico por Julio C. Melatti (1987) y el de Dominigue Buchillet (2007), agregado a la información cotejada en Un Mapa del Hambre Entre la Población Indígena del Brasil por Verdum (1995) además de La Investigación en la Salud y Nutrición de la Población Indígena (Coimbra Jr., 2014), revela la compleja realidad de la presente situación de la población indígena y más importante, provee irrefutables pistas para investigar sobre la correlación entre territorio, gobernancia, cambios socio-económicos, y la salud emocional de las comunidades indígenas a través de la región Amazónica.

Consideraciones finales

La compleja tabla de amenazas y vulnerabilidades sufrida por los pueblos indígenas se hace más seria dado que sus derechos territoriales continúan siendo irrespetados en forma masiva en contravención de los hechos que han sido legalmente reconocidos. Desafortunadamente, parece que “Tierra Indígena” solo existe en papel, y como el Estado Brasileño no garantiza a estas poblaciones sus derechos humanos o cualquier otra materia de seguridad. Para poder desanimar la constante invasión a sus tierras y poner un fin a los resultados de la degradación ambiental, el Estado debe hacer sentir su presencia en estas áreas de una forma adecuada y efectiva. La Fundación Nacional India FUNAI, ha sido afectada año por años con cortes masivos presupuestarios. Como resultado, los servicios que pueden ofrecer han disminuido, y su poder político en las áreas claramente dentro de su consigna, tales como tomando una posición de información e investigación, frente a frente de las consecuencias socio-ambientales en cualquiera de los Territorios Indígenas y de los muchos proyectos de infraestructura propuestos, han sido categóricamente usurpados. Esta es una clara violación de los derechos de la población indígena del Brasil, una práctica que uno ve que ocurre de una manera sistemática y generalizada no solamente en el Amazonas, sino a través del país.

Traducción por Elena Duran

Planta

Electrical

E

Rio

Pinzamiento

Prainha

AM

Aripuanã

No existe registro disponible

Cachoeira Caldeirão

AP

Araguari

No existe registro
disponible

Ferreira Gomes

AP

Araguari

No existe registro
disponible

Santo Antônio
do Jari

AP

Jari

Existen tres TI en la Cuenca en el
area de la Cuenca del Rio Jari: dos al este y dos al oeste y ocupando como el
10% del área de la cuenca. Habitado principalmente por dos tribus: la
Waiăpi (Waiăpi TI) y la Apari-Wayana (Parque de Tumucumaque y el
Rio ParuD’Este TI). Los Waiăpi son el enfoque principal del estudio
porque sus territorios al igual que sus asentamientos se encuentran dentro de
los limites de la cuenca. El TI de los Aparai-Wayana y los asentamientos
técnicamente se encuentran en los limites del Rio Paru de Este, el cual esta
hacia al oeste y adjuntos a la cuenca del rio Jari. Solo una pequeña sección de
la  desembocadura al lado derecho.
Consecuentemente este TI no fue considerado en los documentos para la  concesión de licencias para las planta
eléctrica.

Y

MA/TO

Tocantins

Krikati TI (MA) y Apinayé y Kraolâdia
TI (OTO)

Marabá

MA

Tocantins

Mãe Maria TI, en Bom Jesus do
Tocantins, sufrirá daños considerable en el área que será inundada su riqueza
en terrenos para cacería y también como extracción de la madera de un árbol
que se utiliza para hacer flechas. Este asentamiento ya ha sufrido
substancialmente por la construcción de
ferrocarril Carajás, la carretera
BR-222 y la construcción de dos plantas eléctricas, Eletronorte y una
torre para servicio telefónico móvil. Se argumenta que el TI  ha sido el mayor impacto de proyectos
nuevos de infraestructura en Brasil. La reanudación del Proyecto Marabá en el
2001 ha puesto a familias pertenecientes a la tribu Gaviăo en grave
alerta. Otros dos territorios corren peligro: Sororó TI, habitado por los
Suruí, en Săo Gerlado do Araguaia (PA) y Apinayé Tocantinópolis TI,
habitando por los Apinayé en Mauritănia do Tocantins, Săo Benito y
Cachoerinha (OT).

Serra Quebrada

MA

Tocantins

Apinayé IT.

Castanheiras

MT

Arinos

No existe registro disponible

Colider

MT

Teles Pires

Kayabi IT y Munduruku IT.

Dardanelos

MT

Aripuanã

De acuerdo al reporte por el antropología
Gilberto  Azanha (CTI, 2004), el
resultado del impacto de las “oportunidades” ofrecida por el Proyecto en la
Cinta Larga (Aripuană TI y Serre Morena TI) y el Arara (Rio Branco TI) sería
lo siguiente: (1) un aumento significante en la población de la municipalidad
de Aripuanã como resultado en un aumento en la deforestación en esos TI, llevando
a la agotamiento de madera comercial y las consecuencias de la demanda por
recursos adicionales que quiere decir que con o sin el consentimiento de las
TI, dentro de los límites de los territorios (2) un aumento en la población
de la ciudad de Aripuană y en el distrito de Conselvam provocando un
aumento en la demanda de aves y pesca siendo ya víctimas de la caza furtiva
dentro de los TI (3) una proliferación de compañías mineras aprovechándose de
los reducidos “costos de oportunidad” disponibles (energía barata, sistema más
grande y eficiente, etc.) pillaje de terrenos de las TI y contaminación de
loa afluentes la disminución pesquera

São Manoel

MT

Teles Pires

De acuerdo a la información
disponible de los documentos de la concesión de licencias, las TI impactadas
son Kayabi, Munduruki, Pontal do Apiaká y los Indigenas aislados. El reporte
del impacto ambiental dice que los depósitos de las presa ocupara una área más
o menos de 6,600 hectáreas (66km2), invadiendo en tierras de las
municipalidades de Paranaita (MT) y Jacareacnga (PA). El área  de influencia indirecta incluye los TI
Kayabi y Munduruki, como 150km rio abajo, al igual que los TI del Pontal dos
Apiaká por lo que existe archivos de Indígenas viviendo en aislamiento. La TI
Kayabi se encuentra en un área de influencia directa, a menos de 2 km de los límites
permitidos.

Sinop

MT

Aripuanã

No  existe registro
disponible

Belo Monte

PA

Xingu

Juruna KM17, Paquiçamba, Arara da
Volta Grande, Trincheira Bacajá, Koatinemo, Kararaô, Apyterewa, Araweté
Igarapé Ipixuna, Arara, y Cachoeira Seca ITs todas son afectadas.

Cachoeira dos Patos

PA

Jamanxim

Información disponible en los
documentos de concesión de licencias todavía no indica cuales territorios serán
afectados por el proyecto

Jamanxim

PA

Jamanxim

Praia do Índio, Praia do Mangue, Sãó
Luis do Tapajós, Pimental, Aldeia Nova, Sai-Cinza, Munduruku, y Aidirá-Marau
ITs todos son afectados.

Jatobá

PA

Tapajós

Munduruku y Sai- Cinza TI.

São Luis do Tapajos

PA

Tapajós

Praia do Mangue
y Praia do Indio ITs.
También serán o afectados
las comunidades  locales cuyos
territorios todavía no han sido reconocidos y legalizados por el Estado: El área
KM43 en BR-230 (Sawré Apompu), Área Pimental, Área São Luiz do Tapajós (Sawré
Jaybú), y Área Boa Fé (Sawré Maybu, Dace Watpu y Karu Bamaybu). El registro  socio económico actualizado sobre el
impacto ambiental revelo  que 12%
de la población en total dentro del área del proyecto se define como indígena
o de ascendencia indígena siendo: 51% Munduruku, 27% Apiaká, y 9% Sateré-Mawé.
Otros antecedentes indígenas mencionados (Xavante, Guajajara, Caraú, Serra
Grande, Canelas, Guarani, Juruá, entre ellos) originalmente de otras  regiones.

Teles Pires

PA

Teles Pires

Arara, Arawete Igarapém Ipixuna,
Koatinemo, y Apyterewa ITs.

Jirau

RO

Madeira

Kaxarari, Igarapé Ribeirão, Igarapé
Laje, Uru-Eu-Wau-Wau ITs y Isolated Indians

Rondon II

RO

Comemoração
(or Barão de Melgaço)

No existe  registro disponible

Santo Antonio

RO

Madeira

Karitiana y Karipuna ITs y los Indios
Aislados.

Tabajara

RO

Machado

Tenharim Marmelos TI (dentro del area
de influencia directa)

Bem-Querer

RR

Rio Branco

No existe registro
disponible

Paredão

RR

Mucajaí

Yanomami and Raimundão ITs, situado aproximadamente
a  35km y 25km respectivamente del
Proyecto  (fuente: Ibama).

Bibliografía

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 Notas

[1] Descendientes de esclavos Afro-Brasileños, que seguido huían a la selva donde hicieron amistad con los Indios y seguidos cruzándose entre ellos. 1700 quilombos han sido reconocidos por el gobierno Brasileño.

[2] Término usado para describir una población con un pequeño impacto ambiental y lleva una existencia sostenible. Reconocido y definido como grupo “étnico” por el Decreto Federal Numero 6.040 el 7 de febrero 2000: Poblaciones y Comunidades Tradicionales: culturalmente se diferencian en grupos que se reconocen como tal, que tienen sus propios métodos de organización social, que ocupan un territorio y recursos naturales como condición para su cultura, social, religiosa, ancestral y reproducción económica, utilizando conocimiento, innovación y practicas generadas y transmitidas a través de tradición.

[3] En enero 2012, el gobierno federal convino a un grupo de trabajo interministerial (GTI), el Portaria Interministerial no. 35,31.1.2012, con un mandato de establecer el proceso para la consulta preliminar con los indígenas quilombola y las comunidades tradicionales. El GTI fue coordinado por la Secretaria General de la Presidencia y el Ministro de Relaciones Publicas, e incluía por los menos 26 otros ministerios y otras entidades relacionadas. Dos años después, en feb. Del 2014, el GTI fue disuelto sin haber concluido su mandato.

[4] La población tradicional que vive cerca de los ríos en la región del Amazonas. Pescan y cultivan exclusivamente para su consumo. Se estima que el número es más de 6 millones de personas.

[5] Ya sea hidro, o rio, las plataformas eléctricas, modeladas a la operación de plataformas petroleras en el mar donde los trabajadores son acarreados de y a las plantas por medio de helicópteros en sus turnos de trabajo. La idea de que esto puede minimizar el impacto ambiental eliminando la necesidad de vivienda permanente para los trabajadores en las plantas en las inmediaciones y como tal evitar la deforestación substancial.

[6] Por ejemplo, Davis (1978); Diegues (1999); Fearnside y Gracą (2009); Koifman (2001); Leonel (1992); Oliveira y Cohn (2014); Posey Posey (1987); Reis & Bloemer (2001); Rocha (2013);Ramos & Taylor (1979); Santos & Nacke (2003); Verdum (1996, 2007, 2012); Verdum, Selau et al(1988); Verswijver & Araújo (2010).

[7] La Portaria Interminsterial no 60 publico en el 25/03/2015, sustituyendo no. 419/2011. En el caso de la planta hidroeléctrica en el “Amazonas legal”, estipula que el centro de la presa y el centro del depósito correspondiente no podrá está situado a una distancia de no menos de 40km de bordo de TI, mientras que los cables de fuerza no podrán esta localizados a una distancia de no menos de 8km del bordes de TI. En 30/3/2015, FUNAI (la entidad gubernamental que protege los derechos de los indígenas) público su propia ley para atraer regulaciones y responsabilidades a la par con este decreto federal.

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