Violencia contra mujeres en México y Centroamérica y el Impacto de la política de EEUU

130520-A-CL600-033_jpgLa guerra contra el narcotráfico en México, Honduras y Guatemala se ha vuelto una guerra contra las mujeres. La política de seguridad se ha centrado en la militarización, que ha agravado la situación de corrupción generalizada, impunidad y abuso por parte de las fuerzas armadas, y el deterioro del Estado de derecho.  En muchas regiones, se ha llevado a una crisis de inseguridad donde nadie está a salvo.” Jody Williams y Rigoberta Menchú, galardonados con el Premio Nobel de la Paz.

A lo largo del agudo aumento en la violencia y la violación de los derechos humanos generalmente en México y Centroamérica, y otras naciones, hay un alarmante aumento de violencia en contra de las mujeres. Han aumentado los femicidios, ataques contra las defensoras de los derechos humanos, violaciones, y otras formas de violencia sexualizada por fuerzas de seguridad estatales y poderes bajo las sombras, como son el crimen organizado, intereses empresariales y fuerzas de seguridad privadas a través de estos países.

Las organizaciones de derechos humanos de las mujeres en México, Guatemala y Honduras han reportado la clara correlación entre los gastos público y ayuda foránea de los Estados Unidos parala guerra contra narcóticos, y la violencia en contra de las mujeres.

En México, durante la administración de Calderón (2006-2012), el gobierno de los EU gastó cerca de $2 billones en equipo y entrenamiento para las Fuerzas Armadas Mexicanas y para la policía igual que billones en fondos para seguridad mexicana – ambos aumentos considerables comparados a los niveles anteriores. Durante este periodo, la vulnerabilidad de la mujer y los ataques aumentaron en lugar de disminuir – Ciudad Juárez es un ejemplo vivo. La ciudad fronteriza ya está identificada como el lugar donde no se han resuelto crímenes en contra de jovencitas, muchas de ellas con muestra de violencia sexual. En el 2007, 53 femicidios fueron reportados. Una de las mayores operaciones militares respaldadas por los EU fue lanzada en Ciudad Juárez en el 2008. Para el 2010 – en la cúspide de la presencia militar—el numero aumento  llegando a 584.

A raíz del golpe de gobierno de Honduras en el 2009, aumento en un 62% los femicidios. En México el total de femicidios aumento a un 68% entre el 2007  y 2009- el periodo durante la cual las fuerzas armadas  fueron desplazadas a diferentes partes del país a combatir la guerra contra las drogas. En Guatemala se registraron femicidios que aumentaron desde 213 en el 2007 hasta 707 en el 2012.

“Cuando los países no tienen conflictos activos, la evidencia muestra que la violencia contra las mujeres puede ser el indicador principal de la estabilidad de la nación, la seguridad y la propensión hacia conflicto interno o externo. Estos indicadores pueden hablar sobro los niveles de democracia o riqueza.” El Plan de Acción Nacional de EU.

Nuestra investigación encontró que los gobiernos de México, Honduras y Guatemala han fallado en las obligaciones básicas legales para proteger a la mujer. Aun en muchos casos significantes, recursos públicos y atención a  estándares  han sido dirigidos al  problema, factores incluyendo debilidad y corrupción institucional, falta de acceso a la justicia, y pólizas de seguridad no solo han bloqueado los avances, pero han llevado a la deterioración de seguridad básica, acceso a la justicia, y el amplio derecho a exigir sus derechos. Los gobiernos de estos tres países son culpables de omisión en garantizar seguridad básica, y muchas veces los oficiales de gobierno y las fuerzas de seguridad están directamente implicados en los actos de violencia en contra de las mujeres, desde discriminación y acoso hasta violación y asesinato.

Los defensores de los derechos humanos de la mujer (WHRD) (por sus siglas en Ingles) enfrentan riesgos específicos. Desde el 2010 hasta el 2013, por lo menos 38 mujeres defensoras de los derechos humanos fueron asesinadas, en México a la delantera con 27, Honduras con 9 y Guatemala con 4. La Iniciativa de Defensa de los Derechos Humanos de la Mujer Mesoamericana, (WHRD) registro 414 ataques contra la mujer solamente en el 2012 – con Guatemala registrando 126 ataques – haciendo notar que no todos son reportados. Dado el sentido general de la seguridad y la impunidad en la región, solo el 52.4% de WHRD que respondieron reportaron ataques de las autoridades de los cuerpos policiales.

Una encuesta en el 2013 de las defensores de los derechos humanos de la mujer desde México, Honduras, Guatemala y El Salvador encontraron que han recibido amenazas o han sido atacadas reportando que el propio estado ha sido el autor. Autores estatales son el 87% de los ataques cometidos en contra de WHRD: autoridades municipales (26.8%),  y autoridades federales  (7%). Esto presenta serias preguntas sobre el apoyo que los EU da para apoyar las fuerzas de seguridad y las instituciones gubernamentales de las normas de ley que forman la espina dorsal de la ayuda para seguridad de los EU. La corrupción, discriminación, el menosprecio y complicidad con el crimen organizado dentro de los cuerpos policiacos y las fuerzas armadas en estos países aumenta el peligro para las mujeres. Con una deserción alta y  corrupción los equipos militarizados y el entrenamiento especializado seguido pasa a la manos del crimen organizado.

El resultado es la escalacion de la violencia por los poderosos hombres armados en ambos lados. En una sociedad machista, donde la discriminación y misoginia continua impregnando todos los niveles de la sociedad—ambos político y privado—las mujeres son más vulnerables a todos los tipos de violencia, desde represalias directas hasta tráfico sexual y violencia doméstica. Sus cuerpos se han convertido como parte del territorio en disputa y como botines de guerra. Los ejemplos incluyen un jefe de droga mexicano apoyado por la policía local que secuestro jovencitas de secundaria regularmente para violarlas y luego dejarlas; violación y abuso sexual por las fuerzas armadas; casos de tortura sexual y asesinato usados para mandar avisos a los cárteles rivales, y las represalias de amenazas y ataques a los defensores de los derechos humanos de las mujeres y periodistas que han hablado sobre la violencia en México, Honduras y Guatemala.

A través de la región, aunque la mayoría de los asesinados han sido hombres—como se da el caso en casi todas las guerras—las  mujeres han sido la mayoría  de las que denuncian las muertes y desapariciones de sus seres amados. Los defensores de los derechos humanos de las mujeres típicamente reciben amenazas y hasta son atacadas como resultado de sus esfuerzos en liderar la búsqueda de familiares desaparecidos, buscando por hacer justicia por los asesinados y defender las comunidades de la toma de terrenos y el desplazamiento ilegal.

Dentro del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en México, las mujeres son el 70% de los que prosiguen los casos de los desaparecidos dentro de la Plataforma de Victimas. En Guatemala están en el frente liderando en las comunidades indígenas la pelea por los derechos a consultar. (ILO Convención 169) y para bloquear los proyectos mineros dañinos y otros proyectos de desarrollos que los desplazarían de sus tierras ancestrales y destruirían sus manera de vivir y sus comunidades.

En Honduras, las mujeres llevan el liderazgo de la batalla para reconstruir la democracia después del golpe del 2009 y reversar el espiral hacia abajo de violencia y sin ley, lo cual esa nación tiene  el número más alto de asesinatos en el mundo. Bajo la capa de operaciones contra narcóticos, – la respuesta apoyada de los EU ha resultado en una rotunda ocupación por una policía militar y civil y una nueva fuerza de policía militar en comunidades completas y áreas rurales a través del país, poniendo a las mujeres en un riesgo mayor, dada la impunidad y la débil responsabilidad de la policía y el ejército. En ambos países Honduras y Guatemala, mujeres en áreas rurales e indígenas, que defienden los derechos de sus comunidades han sido amenazadas, asesinadas y  con un aumento en los arrestos y acusadas como terroristas o como una amenaza a la seguridad nacional.

A través de áreas en México y América Central, las líderes han sido blanco de represión como resultado de su activismo; han sido intimidadas a silenciar sus voces y amenazadas—al igual que sus familiares—para que dejen de ser activistas o han sido forzadas al exilio.

Cuando la violencia as atacada con violencia, las mujeres se convierten en víctimas y defensoras. Están desproporcionadamente y de forma diferente afectadas por la violencia, violación de derechos humanos y la erosión de comunidad. Mesoamérica y los gobiernos de EU continúan respondiendo con financiar políticas de aplicación, estructuradas como contra-narcóticos o anti terrorismo que arma y entrena a los hombres para patrullar y controlar la población.

Estas políticas claramente colocan a la mujer en un gran riesgo, aunque excluidas de participación en cimentar  paz por medios cívicos. Planteamientos para la seguridad publica que dirija los esfuerzos a la raíz de los problemas de pobreza y enfatizar la reconstrucción de comunidad, proveer mejor acceso a  una ley justa y   eficiente mientras elimina la discriminación, y favorece el empoderamiento de la mujer, es mas probable  que reduzca el reclutamiento criminal y para crear una paz fuerte y perdurable. Como presento el Plan de Acción Nacional en la Mujer de EU,  “la seguridad de la mujer y sus familias deberá ser prioridad para los esfuerzos de seguridad alrededor del mundo.

Este texto fue escrito por Asociadas por lo Justo (JASS), Grupo de Trabajo sobre Mesoamerica  y forma parte del reporte de noviembre 2013 – Rethinking the Drug War in Central America and Mexico persentado a miembros del Congreso de los Estados Unidos.

Traducción al español por Elena Durán.

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