Con el Levantamiento de la Exclusión de Cuba en la OEA la diplomacia sepulta la Guerra Fría

Después de unas arduas negociaciones, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos aprobó una resolución que rescinde la decisión de 1962 de excluir a Cuba. La decisión fue aceptada con una gran ovación en la sesión plenaria de ayer luego de haber sido discutida durante varios días por un grupo de trabajo.

La OEA se reunió en San Pedro Sula, Honduras. Foto:www.elheraldo.hn.

Los diarios de esta mañana de todo el hemisferio celebraron la decisión reflejando la satisfacción que caracterizó a la sesión plenaria (videos disponibles aquí). País tras país expresó "regocijo" y proclamó el reparo de un error histórico.

"Hoy hemos puesto los clavos sobre el ataúd de la Guerra Fría", declaró el representante de Antigua. Ella hizo eco de las palabras del Presidente Manuel Zelaya del país anfitrión, Honduras, quién oficialmente anunció "el fin de la Guerra Fría en San Pedro Sula."

Tanto los países del ALBA como la administración de Obama aceptaron la resolución luego de un aparente punto muerto por condicionantes.

La decisión representa una nueva etapa en la diplomacia de la región. Por primera vez en años, la OEA actuó en tan importante cuestión, negociando con una delegación de los Estados Unidos dispuesta a escuchar otros puntos de vista y logrando así un consenso. Estados Unidos, quienes financian el 60% del presupuesto de la organización y tienen un papel enorme en la economía de la región, declinó utilizar su veto invisible, optando en cambio por un compromiso.

El resultado es una decisión histórica y remueve aquella espina en la organización regional y en sus países miembros.

Sería difícil sobreestimar el resentimiento de América Latina hacia la política de los Estados Unidos con Cuba. Por décadas, una mayoría de 33 sobre 1 tuvo que aceptar la exclusión de Cuba en contra de su voluntad e incluso en contra de los principios de la organización misma. Al mismo tiempo, las poblaciones latinoamericanas tenían relaciones importantes con Cuba, lazos históricos y, como varios mencionaron en la sesión plenaria, recibían doctores y maestros cubanos como voluntarios en sus países. Incluso con el diálogo descartado sobre la cuestión por el gobierno de los EE.UU., el asiento vacío de Cuba era para muchos el recordatorio de que la diplomacia regional todavía se basaba en la política del "Gran garrote".

¿Qué paso exactamente en San Pedro Sula?

No es fácil obtener saber exactamente que pasó detrás del escenario en las negociaciones , ya que los reportes de prensa y las declaraciones oficiales reflejaron posturas políticas más que información concreta.

Sin embargo, los hechos son claros. El 3 de junio, la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos decidió por consenso, o "aclamación", derogar la resolución de 1962 en la que se "suspendía" la participación de Cuba en el cuerpo interhemisférico. Esto es ahora un hecho; sin condiciones previas, ni pasos intermedios o negociaciones posteriores implicadas.

El hecho de que Cuba no esté vetada de la organización no significa que tendrá un asiento en la próxima reunión regional. Para que eso ocurra, se tendrán que adoptar distintos pasos previos que no lo garantizan completamente.

El 2° artículo de la resolución establece que la reintegración de Cuba seguirá un "proceso de diálogo que iniciará con la solicitud del gobierno cubano conforme con las prácticas, metas y principios de la OEA."

El gobierno cubano ha declarado que no pretende regresar a la OEA, la cual según Fidel Castro ha sido cómplice con los crímenes contra Cuba y ha actuado como un Caballo de Troya. Luego de que la resolución fue aceptada, un comentario oficial celebraba la decisión, definiéndolo como un "día histórico y de reivindicación de la independencia de América Latina a pesar de las presiones de Estados Unidos" mientras repetía su determinación de encontrar otras formas de representación regional.

El segundo paso es con referencia al vago concepto del "proceso de diálogo." Subsecretario de Estado, Tom Shannon señaló que, el proceso de dos partes determinará el alcance de la reforma en el plano bilateral y en la OEA. Venezuela señaló que poner fin al embargo sigue siendo una fuerte demanda dentro de la organización. Los Estados Unidos refirieron a nuevas conversaciones con el gobierno cubano sobre inmigración y sobre de la aplicación de reformas. Todo esto tendrá relevancia en muchos niveles y con organizaciones internacionales, regionales y de política interna donde cada uno tendrá roles en conjunto. Por supuesto, todo el "proceso de diálogo" será irrelevante en el caso probable de que Cuba mantenga su posición de no solicitar el reingreso.

En el grupo de trabajo, la Secretaría de Estado Hillary Clinton inicialmente trató de aplicar condiciones más estrictas en la reincorporación de Cuba, probablemente con condicionantes previas para el levantamiento de la resolución. Los ministros de Asuntos Exteriores de Venezuela, Nicaragua y Honduras condujeron la acusación contra el condicionamiento, sosteniendo que la resolución de 1962 es una reliquia obsoleta de la Guerra Fría que tenía que ser eliminada y que ya era hora de permitir a Cuba el tomar su lugar dentro de la región.

Shannon (próximo a ser remplazado por la confirmación del Senado de Arturo Valenzuela) se hizo cargo de la delegación estadounidense, luego de que Clinton voló hacia El Cairo para unirse con el Presidente Obama en otro momento histórico del desmantelamiento de la política exterior del gobierno de George W. Bush. Siguiendo lo que era claramente una orden específica, Shannon continúo con las negociaciones para llegar a un acuerdo.

Juzgando por el resultado, el objetivo clave del equipo estadounidense era el de salir de San Pedro Sula con una posición de unidad y de nuevo comienzo en las relaciones Estados Unidos – América Latina. La delegación estadounidense insistía en que se reflejara su postura de seguir promoveiendo "cambios" en el sistema cubano y también constatar que es importante para los EE.UU. el ser un socio en la decisión final. Estas metas fueron alcanzadas.

Quien cedió más en su posición es cuestión de opiniones. Algunos, incluyendo al New York Times, dijeron que los tres países miembros del ALBA se echaron para atrás para permitir el Artículo 2° que estipula el proceso de diálogo. Otros claman que los Estados Unidos ablandaron posiciones originales al derogar el veto de Cuba sin condiciones previas.

Seguir esta línea de especulación sería caer en enfatizar el quién gano erosionando la diplomacia al pretender situarse por encima de los demás. Por definición, la cooperación requiere de flexibilidad con un ojo al bien común, compartiendo objetivos y resultados a largo plazo.

Por la mirada en sus ojos se percibía un ambiente de triunfo al leerse la resolución en la mayoría de los representantes nacionales.

¿Cuál es el significado de esto?

El ministro de San Vicente remarcó el significado de la resolución: "(Esta decisión) fue una prueba de fuego en si tenemos un futuro como hemisferio con cooperación continua y si hemos pasado esa prueba. Este es un nuevo comienzo caracterizado por respeto mutuo."

Algunos países, especialmente Cuba mismo, han cuestionado el que la OEA sea el foro apropiado para la diplomacia regional, argumentando que siempre ha estado controlado por los Estados Unidos y por una red de instituciones que incluyen bancos multilaterales que han ejercido coerción y control en la región. Muchos tienen grandes expectativas de que la reunión del Grupo de Río de 2010 en México sea la punta de lanza en la creación de un nuevo grupo que haga contrapeso al poder estadounidense.

Ya sea que la región cree o no una institución independiente, la necesidad de entablar el diálogo, la cooperación, y la coexistencia pacífica con el gigante del norte significa que las aperturas de las relaciones diplomáticas significan más que el simbolismo de enterrar la Guerra Fría. Hay que tener en cuenta el cambio en el discurso y el tono de Shannon de cuando trabajó para la administración Bush:

"Hoy nos dirigimos en destruir una brecha histórica en las Américas, al tiempo que reafirma nuestro profundo compromiso con la democracia y los derechos humanos fundamentales de nuestros pueblos. Juntas, estas acciones por parte de los Estados Unidos significa la mayor señal de cambio en nuestro enfoque de acercamiento a Cuba en los últimos cuarenta años. Nosotros no estamos interesados en la lucha de viejas batallas viviendo en el pasado. Nos hemos comprometido a construir un futuro mejor para todas las Américas, por escuchar, aprender y en forjar alianzas basadas en el respeto mutuo".

¿Qué viene ahora?

Los siguientes pasos serán interesantes de observar e importantes para influir en, sin embargo, lo más probable es que no se llevarán a cabo en la OEA.

En los Estados Unidos las disminuidas organizaciones anti-Castro y sus representantes en el Congreso han reaccionado con furia. Han exigido el fin del financiamiento de la OEA si a Cuba se le permite regresar y han presentado un proyecto de ley ante el Congreso para exigir que Cuba se enfrente a la certificación de una larga lista de cláusulas de largo alcance que podría excluir a la mayoría de los países del hemisferio-entre ellos los Estados Unidos-debido a sus subjetivos y vagos términos. Aun así, muchos miembros del Congreso que se oponen a los resultados han tenido una actitud de esperar y ver por ahora.

Los resultados de la reunión de la OEA no dejan duda de que la Guerra Fría está sepultada y de que los Estados Unidos y América Latina están en el camino a un compromiso más constructivo y con una mayor apertura al diálogo. ¿Eso significa que a partir de ahora todo el hemisferio tendrá una historia feliz?

Ni por cerca. Y es que después de la política de Cuba el alcance hemisférico del poder militar de Estados Unidos será el próximo enfrentamiento en el hemisferio. Aquí la actitud de la administración Obama no es clara. La propuesta de una base militar en Colombia, la rápida militarización de las relaciones con México y el hinchado presupuesto de defensa dejan dudas sobre el equilibrio entre la defensa y la diplomacia que el gobierno prometió.

Al menos, ahora hay espacio para el diálogo entre las naciones y para la discusión de estos temas en casa. La mayor parte de las políticas exteriores de los Estados Unidos involucran el limpiamiento del caos que heredó la administración de Obama. Quizá el más obvio y repudiado desastre de las políticas exteriores de E.U.A. sean las sanciones diplomáticas y el embargo económico en la relación EE.UU.-Cuba. La resolución de ayer fue otro paso—un legado que coincide con el discurso en la Quinta Cumbre de las Américas—en el camino hacia el cambio.

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