Honduras ha sido calificado por la UNODC como el país con la tasa de homicidios más alta en el mundo desde el 2010, hasta su más reciente informe en el 20121. Desde el 2005 hasta el 2013, la muerte violenta de mujeres ha aumentado en un 263.4%”2 Esta violencia es resultado de múltiples factores, entre ellos, altos niveles de inequidad económica3 y desigualdad4, pobreza5, corrupción6, militarización7, presencia cada vez mayor del crimen organizado y del narcotráfico, teniendo todo esto un fuerte impacto negativo en los derechos humanos de la población y particularmente en la vida de las mujeres.
