El vínculo entre liberalización comercial y alimentación está resultando un factor crítico que lejos de promover mejores condiciones de vida, amenaza con profundizar las condiciones estructurales de hambruna, violencia y desnutrición en la región.
Para mediados del año 2010, la prensa brasileña anunció lo que estaba previsto en el escenario internacional: China se colocó en el ranking mundial como la segunda mayor economía a nivel global, después de los Estados Unidos. En cinco años superó a Alemania y Japón.