Los 140 caracteres del Twitter sobraron para disparar una alegría colectiva, una sensación de justicia histórica. Todos decían lo mismo: “Encontraron al nieto de Carlotto”.

Los 140 caracteres del Twitter sobraron para disparar una alegría colectiva, una sensación de justicia histórica. Todos decían lo mismo: “Encontraron al nieto de Carlotto”.