Es vital seguir el ejemplo de Nadia, para buscar justicia para ella, Yesenia, Mile, Alejandra, Rubén, y los miles de otras víctimas de violaciones de derechos humanos en México. Es importante continuar la lucha para cambiar nuestro mundo para poner fin a esta epidemia de violencia contra las mujeres, los defensores de derechos humanos y las mujeres. Las mujeres del mundo tienen el derecho a vivir una vida plena, y ser si mismas, en paz.
