Cuando el río agoniza

La corriente del Río San Luis está perdiendo el tono plateado que cobraba al mediodía, cuando grupos de hombres cruzaban su caudal rumbo a su milpa, y los rayos dorados del sol golpeaban de lleno sobre sus rostros morenos, curtidos por ese baño diario de calor. Mientras, las mujeres guarecían debajo de unas ramas de la arboleda sobre la ribera del río que rodea a San Luis Acatlán.

Este río es alimentado por arroyuelos originarios de las montañas que surcan a las comunidades del lado Oeste: Tilapa y Santa Cruz del Rincón, municipio de Malinaltepec. Pero la mayor cantidad de agua viene de Pascala del Oro y Tlaxcalixtlahuaca, municipio de San Luis Acatlán. Llega a desembocar en la playa de la Bocana, municipio de Marquelia.

El saqueo del Río San Luis empezó desde que los españoles llegaron a este lugar. En un principio recogían pepitas de oro arrastradas por el agua, pero con el uso de nuevas tecnologías dejaron la minería artesanal y empezaron con la ganadería. En los últimos años, empresarios materialistas se han dado su agosto extrayendo material pétreo, sin permiso alguno por parte de las autoridades locales.

El cronista de San Luis Acatlán, Ángel Tielve Suastegui escribió sobre el río cuando llegaron los españoles a este lugar: “En 1522, gente de Pedro de Alvarado descubrieron el pueblo de Acatlán, como vieron que en el río hay oro que tiene vista panorámica y otras ventajas; Entonces, con el debido permiso de Alvarado, fundan la primera villa, a la que llaman San Luis, en honor a San Luis Rey de Francia, por ser el día en que llegaron al lugar”.

El golpeteo de las olas sobre las piedras suelta brisas que refrescan a los cuidadores del río mientras caminan entre gravillas y arenas por la zona conocida como La Angostura donde años atrás se conocía como el mejor balneario de los lugareños. Ahora se ha convertido en un desagüe de agua negra de la ciudad.

Cuando en el municipio solo había una secundaria, los muchachos de las comunidades indígenas llegaban a estudiar en San Luis Acatlán. Como no les alcanzaban el dinero para comer, se iban a pescar en el río. Además, aprovechaban para bañarse, porque la mayoría de las casas donde rentaban no tenían regadera.

El profesor de historia en la secundaria federal Justo Sierra, Luis Enrique García Vázquez recuerda el fértil pasado que tuvo el río. “El río caudaloso que conocimos hace 40 años, ahora solo recuerdo quedan de sus pozos profundos donde los compañeros se tiraban unos clavados. Ahora vemos piedras y troncos abandonados, además de saqueo de arena y grava, esto hizo que el río perdiera la cantidad de agua que llevaba”.

En esa época además les iba muy bien a los estudiantes que atrevían a desafiar las corrientes del río, porque encontraban todas las especies de agua dulce. “El río servía como alimento a todos, yo mismo iba a pescar y sacaba mis langostinos, truchas, camarones, pichotas, cigarrillos y hasta chupapiedras. Ahora, no hay nada, diario vienen a buscar algo, pero no encuentran nada, hemos acabado con nuestra comida”, lamenta García Vázquez.

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Sobre la arena que la corriente dejó a su paso en el verano, se marcaron las huellas de los activistas que caminaron para vigilar que no entren ni salgan camiones de volteos a cargar materiales pétreos utilizados por los empresarios materialistas para vender a las constructoras.

“La primera queja contra los saqueadores la hizo mi papá en 2007. Le envió un oficio al entonces gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo y al delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Manuel de Jesús Solís Méndez, pero no tuvimos respuesta” dice María Elena Vázquez Juárez.

Activista de varios años,  María Elena Vázquez Juárez viene de una familia de lucha-  Su papá es primo del profesor Genaro Vázquez Rojas y ella adopto los ideales del revolucionario para oponerse al saqueo del río San Luis. En 2011, acompañada de campesinos y ejidatarios, le cerraron el paso a los camiones y maquinaria del empresario Nacxitl Berrúm. Sin embargo, su trabajo siguió.

Hoy en día, en este lugar no hay una sola rama que pueda cubrir con su manto a los que ahí caminan, a pesar de que el sol estaba punto de besar el cerro de Tepostepec. El calor castiga a las mujeres y hombres que se despojaan de su ropa para nadar un rato.  Mientras tanto, cerca a ellos y ellas brota una pestilencia de agua negra que desemboca en el río y va hacia el mar Pacífico.

El recorrido inicia con Vázquez Juárez  en la Angostura rumbo  al puente de El Carmen, luego a la junta del río San Luis   con el río Chiquito. Al llegar en la junta, Vázquez Juárez enrolla su pantalón y se quita sus tenis para cruzar el río. A uno metros de ahí, cuenta que unos hombres la encañonaron hace diez años. “Andábamos con los rondines para detectar a los saqueadores, me dijeron que me iban a matar, para que ya no los molestara”.

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Después de caminar por la Angostura, Vázquez Juárez se detiene para explicar el trabajo que realiza en el comité ambiental de San Luis Acatlán: “Hace diez años nos organizamos para cuidar el río, porque el daño estaba muy avanzado y el cabildo no hacía nada por detener el saqueo. Durante estos años, nos amenazaron por oponernos al saqueo, mientras que las autoridades estatal y municipal nos ningunearon la información, es más, ellos mismo aprobaron la concesión de explotación de arena y grava”.

Vázquez Juárez agrega: “A pesar de que había oposición a la explotación de materiales pétreos, la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA) entregó la concesión al señor Nacxitl Berrúm Domínguez por una vergonzosa cantidad de $6600.00 (Seis mil seis cientos pesos), por cinco años, pero hasta la fecha siguen la explotación de materiales pétreos”.

La concesión de la que habla la activista describe “…que mediante solicitud de servicios recibida el 08 de marzo del 2010, en las oficinas de la Dirección Local Guerrero de la Comisión Nacional de Agua, según consta en el sello impreso de dicho documento, el C. Nacxitl Berrúm Domínguez, tramita la concesión para la extracción de materiales pétreos (material en greña) del cauce del río Marquelia, en el banco denominado ‘Extracción y Criba de material pétreo San Luis’, que se ubica a 0.96 km., al Noroeste del jardín central de la localidad de San Luis Acatlán, municipio de San Luis Acatlán, en el estado de Guerrero, para la explotación de un volumen de 8,316.00 metros cúbicos, por un periodo de cinco años, para uso de servicios”.

Añade además que “Lo que me preocupa es que CONAGUA haya entregado la concesión a Nacxitl cuando sabían que había oposición a la explotación del río. Cuando le cerramos el paso al empresario materialista, le dijimos que el problema está en que están extrayendo arena y graba en el cauce del río. Los llevamos para que vieran los pozos profundos que dejaron después sacar camiones de materiales, y le pedimos que revocaron la concesión, pero no nos hicieron caso”.

El siguiente paso es entrar por el puente de El Carmen. Ahí, María Elena se detiene para señalar la construcción levantada por Berrúm Domínguez para almacenar la arena y grava. “Mira, esta barda no estaba antes, había una tela ciclónica, pero ahora ya construyeron, y el acceso al río por aquel lado es imposible porque la barda está pegado al puente. El problema de ahora está, en que, si siguen extrayendo el material abajo del puente, este se puede caer porque debilitan el cimiento”.

Durante la entrevista, Vázquez Juárez saca un fajo de papeles que enviaron al entonces presidente municipal Vicario Portillo Martínez; al gobernador Zeferino Torreblanca Galindo; a CONAGUA-Guerrero; Una copia de la concesión que la CONAGUA le entregó a Nacxitl Berrúm Domínguez, ni aun así tuvo logró que se detuviera la explotación del río.

La activista señala que la lucha sigue en defensa del río: “Seguimos en pie de lucha, hasta que se revoque la concesión que tiene el empresario Nacxitl Berrúm. Además, empezamos a trabajar con las comunidades que habitan en la parte alta donde nace el río para que no talen los árboles y que nos ayuden a cuidar el río, porque si dejamos que los empresarios sigan con la explotación, en poco tiempo nos quedaremos sin agua”.

San Luis Acatlán fue declarado el sexto ayuntamiento en 1522 por Hernán Cortes. Además, en 1995 la Coordinadora Regional de Autoridades Indígenas (CRAIN), ahora conocida como la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria (CRAC), inauguró a sus orillas su casa de justicia. Aun con el pasado histórico que representa el río, los ambientalistas no han logrado revocar la concesión para explotación de materiales pétreos.

“Hace años, este río era lo más maravilloso en la historia de San Luis Acatlán. De hecho, Pedro de Alvarado fundó la primera Villa del Pacífico, porque los españoles venían a buscar el Oro que trae el río de la Montaña de Guerrero. Ahora lo han saqueado hasta dejarlo sin arena”, lamenta Vázquez Juárez.

Por Kau Sirenio.

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