El Salvador: “Es necesario discutir el tema de la política más efectiva de drogas”

Entrevista con Álvaro Henry Campos Solórzano

“…la permanencia del Ejército no puede ser permanente por razones constitucionales”

“Posiblemente aún nos falte entrar al área operativa” en la cooperación centroamericana

El Salvador también padece, como sus vecinos centroamericanos, el problema del narcotráfico. Los cárteles de la droga se asocian con bandas para traficar mercancía, la policía, al igual que en otras naciones, tiene un alto grado de penetración. El Ejército apoya en labores pero su presencia en las calles debe tener plazos, para evitar tentaciones de resquebrajamientos constitucionales.

Esa es la radiografía pintada por el Viceministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Álvaro Henry Campos Solórzano.

Entrevistado por El Programa de las Américas, durante su estancia en México por su participación en la III Conferencia Latinoamericana y I Conferencia Mexicana sobre Política de Drogas, Campos Solórzano también habló sobre el creciente consumo de sustancias prohibidas en su país, y la falta de centros especializados en atención a adictos.

El narco altera la paz pública

El Salvador este año fue incluido en una lista elaborada por el gobierno de Estados Unidos como país productor o con tránsito de droga. Geográficamente se halla en el llamado “Triangulo del Norte”, compuesto además por Guatemala y Honduras. En dicho triangulo autoridades estadounidenses ven riesgo por las alianzas cada vez más recurrentes entre pandillas centroamericanas, como los maras, y los cárteles de droga.

Campos Solórzano dice que por las pequeñas dimensiones de su país, es más fácil vigilar el territorio y con ello a los narcotraficantes. La presencia, que él afirma es local, de cualquier manera es de estructuras que alteran la paz pública.

Se trata de las temidas pandillas que hacen contactos con cárteles de otras regiones y ahí radica su peligro.

¿Cuál es la actual situación de El Salvador por el crimen organizado, y que está haciendo el gobierno de su país al respecto?

Algunos países de Centroamérica han reconocido que tienen la presencia de algunos carteles, por ejemplo Guatemala, ha reconocido públicamente la presencia de los Zetas. Probablemente en algunos otros territorios del área centroamericana podrán tener algún tipo de estructura que les permita funcionar y nosotros no descartamos esa situación, incluso conexiones que a veces pueden surgir en los negocios del crimen organizado.

En cuanto a los esfuerzos que se están haciendo en el área centroamericana, se ha construido una estrategia común de los países centroamericanos asociados en el sistema de integración centroamericana. Se está trabajando en diversos perfiles de proyectos y se ha ido fortaleciendo también la relación al menos de información y de operaciones conjuntas con países del área.

Posiblemente aún nos falte entrar al área operativa, hemos avanzado al nivel de negociación, de intercambio de información. A nivel operativo tal vez nos falta consolidar esa relación, establecer condiciones para poder ejecutar operaciones de manera conjunta, y está contemplada, planteada en el sistema de cooperación centroamericana la relación con Colombia, con México, con Estados Unidos y con Europa. Permanentemente nos acompañan a las reuniones, a las decisiones que se toman. Se ha constituido un grupo de países amigos de El Salvador en el cual están países europeos, de otras áreas, Estados Unidos, México, Colombia y estamos en una relación permanente, tratando de obtener mejores resultados.

¿Qué tan amenazante es el crimen organizado, que grado alcanza su violencia?

En el caso de El Salvador es un país más pequeño, la autoridad no tiene problemas para ingresar a cualquier parte del país, lo que sí sucede es que existen estructuras que se mueven de manera secreta y alteran la paz pública. Entonces el crimen organizado es responsable de delitos relacionados con homicidio, secuestro y extorsión, y están dedicados a proteger sus negocios. Fundamentalmente son carteles de la región centroamericana, estructuras de la región, pero que establecen contactos, relaciones, con otros carteles a través de las negociaciones que se pueden hacer.

Se ha identificado de acuerdo con investigación de inteligencia a tres fuentes que causan los homicidios: por un lado el crimen organizado, por otro lado las pandillas y en un pequeño porcentaje la violencia asociada a factores sociales y culturales.

¿Cómo enfrentan a las pandillas?

Hay que decir que mucha gente se queda con el concepto de pandillas o maras como un grupo de jóvenes que se resisten a acciones del Estado, pero las pandillas o maras son en este momento grupos del que forman parte adultos y jóvenes, y con una expresión elevada de violencia, con relaciones permanentes con el crimen organizado. Son detentores de armas de fuego que son un factor de control en las regiones para el paso de la droga y otras actividades ilícitas que cometen los miembros del crimen organizado y que permanentemente tienen cultura de violencia.

Hemos identificado esas pandillas con nombre y apellido. Esto implica que a través de la ley de proscripción hemos establecido que son ilícitas y por lo tanto no puede aceptarse su existencia y que además todos los bienes que utilizan y todos los recursos de los cuales se aprovechan para alcanzar objetivos ilícitos deben ser embargados o decomisados por el estado. De tal manera que no se prohíbe la asociación de jóvenes, se pueden manifestar incluso dentro de asociaciones de protesta dentro de los límites legales, pero las pandillas que usan armas, que tienen control sobre las drogas, que tienen almacenaje, transporte, custodia servicio de sicariato, todo lo que forme parte de la MS, de la 18, de la Mao Mao (nombres de las bandas proscritas) que tienen nombre y apellido, esas son las pandillas prohibidas por la ley, las proscritas. Ahora, que otro tipo de asociación juvenil–de protesta, de insatisfacciones–no está prohibido.

Un problema de salud

El consumo de drogas ya es un problema de salud pública, destacando la preferencia de los salvadoreños por la mariguana y los solventes. Aunado a ello, otro problema es del combate a las adicciones, en manos de centros de atención poco especializados, con escaso control y sin sujetarse a requisitos legales. Las autoridades salvadoreñas ya trabajan para regular la operación de esos lugares, dice el Viceministro de Justicia.

¿Cómo es el consumo de drogas?

Se han hecho estudios de consumo para jóvenes. Se ha establecido que lo que más se utiliza como sustancias peligrosas son el alcohol y el tabaco, pero además de ello hay que tener en cuenta que a nivel de consumo de drogas se está utilizando la mariguana en primer lugar, las sustancias para inhalación, los solventes, y el crack.

Se han hecho estudios dentro de los centros penales y son parte de las acciones de seguridad cuando se hace registro de reos o de visitas, y se ha establecido que la droga más utilizada es mariguana, segunda crack y tercero cocaína.

¿Ya es un problema de salud?

Tenemos ya un problema, ya son algunos hospitales que se encargan de la asistencia en el caso de los intoxicados y existen 150 organizaciones dedicadas a la rehabilitación. Lo único es que algunas asumen un papel o diferentes visiones, algunas con un enfoque teocrático, otras con un enfoque técnico, de tal manera que a veces los miembros de estas organizaciones para rehabilitación no tienen las condiciones porque no hay requisitos legales ni control. Por eso la Comisión Nacional Antidrogas está iniciando, junto con la Organización de Estados Americanos, un proyecto para poder levantar un censo exacto para dar capacitación y someter a control y dar apoyo a instituciones. Por otro lado el Estado tiene en sus políticas, dentro de sus proyectos la creación de centros de rehabilitación que deberían funcionar a nivel local, municipal.

Plantilla policial deficiente

Como en el caso mexicano, el Ejército es empleado para apoyar en labores antinarco. Henry Campos Solórzano reconoce que por razones constitucionales no debe permanecer mucho tiempo en las calles. Pero dice que la presencia de las Fuerzas Armadas ha sido necesaria para estabilizar la situación en algunas regiones y compensar la descomposición por la penetración del crimen organizado de las fuerzas policiales, que además luce una plantilla insuficiente de 4 mil miembros.

¿Están empleando al Ejército en la lucha contra el narcotráfico?

En este momento hay una asociación del Ejército con la policía, limitada para acciones en algunos territorios, no en todo el país.

¿Cómo ha sido?

Podemos decir que ha ayudado a la estabilización de la situación, pero también la permanencia del Ejército no puede ser permanente por razones constitucionales y además están haciendo esfuerzos por reconstruir la institucionalidad y esto implica que la encargada de la seguridad es la Policía Nacional Civil.

El Ejército está prestando gran ayuda con su esfuerzo pero en el momento en que la policía alcance el nivel de miembros requeridos, porque la plantilla policial tiene deficiencia de cuatro mil miembros, cuando se alcance ese número y el estado adecuado de depuración de la institución, podemos evaluar la colaboración de las fuerzas armadas.

¿Hay Infiltración policiaca?

No solo policiaca, nosotros creemos que hay que abordar el tema de la depuración en la Fiscalía General de la República que es la que dirige la investigación y promueve casos en los tribunales y en otras instituciones del Estado, como las de quienes ejercen controles de Aduanas y dentro del Ejército. Nosotros debemos permanecer alertas a cualquier tentativa del crimen, lo que no debemos es creer que todo está bien debajo de la apariencia de que no hay ninguna sospecha o base para pensar en que existe algún grado de penetración.

¿Cómo es la colaboración regional con sus vecinos y otros países?

El marco legal ya está, lo que nos falta es ejecutar a nivel operativo estas decisiones que se han venido tomando a nivel político.

¿No sería necesario debate regional sobre el tema de las drogas?

¡Desde luego! Y déjeme decirle que la estrategia de seguridad de Centroamérica no sólo está referida a la represión o al control del delito, sino también a la prevención social de la violencia, atención a las víctimas y fortalecimiento institucional, de tal manera que dentro del trabajo relacionado con la prevención y el fortalecimiento institucional, es necesario discutir el tema de la política más efectiva de drogas a nivel regional.

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