Cuba-EEUU en la época de Trump: Entrevista con Santiago Espinosa

Estamos sentados en un rincón oscuro de un café de La Habana, donde las palabras compiten con la música rock de las bocinas. He venido a platicar con un experto en relaciones entre Cuba y Estados Unidos en un momento de nuevas definiciones —Cuba iniciando su vida política bajo un gobierno que no se llama Castro y Estados Unidos en el segundo año del gobierno caótico de Donald Trump.

Santiago Espinosa Bejerano es profesor e investigador en historia y relaciones internacionales en el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) y miembro del Grupo de Investigación sobre Estados Unidos. Ha publicado varios artículos y ensayos sobre la política exterior y de seguridad de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe.

LC: ¿Cómo ha cambiado la relación entre Cuba y Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump?

SE: Hay un retroceso con el gobierno de Trump. Primero nosotros pensábamos que iba a prevalecer el sentido comerciante de Donald Trump, porque había intereses, había cosas que se habían logrado, y que era preciso que un presidente aprovechara estas oportunidades que se habían logrado.

Ahora estoy escribiendo un articulo que se llama “Cuba-Estados Unidos: Un paso adelante, dos pasos atrás”. El problema está en que llegamos a la conclusión de que podíamos convivir en paz, establecer diálogos. Los dos años de las conversaciones secretas entre ambas partes que se realizaron en Canadá, demostraron que podíamos resolver los problemas a través del diálogo. Se creó una expectativa muy grande, una expectativa que realmente tuvo su punto más álgido con la visita de Barack Obama a Cuba. Ningún presidente de Estados Unidos había visitado Cuba desde el año 1912. Barack Obama vino con su familia, vino con sus hijas y marcó una imagen de familiaridad. Eso caló muy profundo en el sentimiento del cubano.

Y realmente hubo una expectativa muy positiva dentro de la sociedad cubana porque muchos años de hostilidad comenzaban a desbaratarse precisamente porque el presidente vino a reestablecer relaciones, y trajo consigo la liberación de cinco personas que nosotros consideramos héroes y la liberación de Alan Gross.


“Hubo una expectativa muy positiva dentro de la sociedad cubana… muchos años de hostilidad comenzaban a desbaratarse precisamente porque el presidente vino a reestablecer relaciones”


Con Barack Obama se lograron firmar aproximadamente 17 acuerdos en materia de seguridad, fundamentalmente los que están vinculados al enfrentamiento del narcotráfico, lavado de dinero, tráfico de armamento, tráfico de influencias, trata de blancas, tráfico de inmigrantes. Se creó la comisión bilateral que acordó reunirse en ambas orillas según el tiempo necesario, cada dos o tres meses, donde se trataban problemas importantes en las relaciones entre ambos países. Esta conversación bilateral trató de los problemas de migración, los problemas de visados, se reafirmó el otorgamiento de visados hasta 20,000 cubanos al año.

Se abrieron ambas embajadas, y eso fue algo muy simbólico. En la apertura de la embajada, participó el secretario de estado de Barack Obama —John Kerry—. O sea, todo parecía que iba bien, se restablecieron canales telefónicos entre ambos presidentes.

Coincidió en el tiempo con la Cumbre de las Américas en Panamá, donde Barack Obama y Raúl Castro se encontraron, hablaron. Barack Obama y Hilary Clinton eran portadores de lo que se consideraba una nueva política entre los dos países. Barack Obama decía que no estaba interesado en el cambio de régimen en Cuba —son palabras textuales de Obama en su encuentro con el presidente cubano. Después vino la visita de Barack Obama aquí, y solicitó reunirse con jóvenes emprendedores y se pensaba que eso no iba a ser posible, pero el gobierno cubano accedió y fue el discurso de Barack Obama en el teatro Alicia Alonso donde participaron jóvenes empresarios, donde él se dirigió de una manera coloquial. Esto como preámbulo para establecer una diferencia entre una administración y otra.

Creo que se fortalecieron mucho los contactos pueblo a pueblo.  Los barcos, los cruceros estos de Semestre en el Mar venían de manera más continua, con estudiantes norteamericanos, estudiando el español, algunos estudiando medicina. O sea, comenzaron a abrirse puertas, algunas que estaban cerradas hace más de 60 años. Hasta que llegó Donald Trump. En palabras del presidente Raúl Castro, quedó claro que Cuba estaba dispuesto a continuar los diálogos respetuosos, observándose siempre dos cosas: en primer lugar, el respeto irrestricto a la soberanía de Cuba, que eso encara los problemas internos, y el respeto a la independencia. Cuba no iba nunca a entablar conversación sobre problemas de soberanía o problemas de independencia.


“Comenzaron a abrirse puertas, algunas que estaban cerradas hace más de 60 años. Hasta que llegó Donald Trump.”


En la toma de la presidencia Donald Trump, el embajador nuestro fue invitado. Eso mandó un mensaje equivocado porque pensábamos que las relaciones con EEUU iban a mantenerse y que iban a seguir en la línea de la normalidad. Si nos invitan a nosotros, pensamos que nos tenían en cuenta.

El factor Rubio

Donald Trump visitó la ciudad de Miami el 23 de enero 2017, y dejó claro que era necesario establecer un cambio en la política hacia Cuba. Allí comenzaron los problemas. Ahí se destacó mucho el senador Marco Rubio, que todos dicen que es de origen cubano —no es de origen cubano porque es hijo de padre cubano, pero no nació ni vivió en Cuba. Él perdió de una manera desastrosa frente a Donald Trump cuando fue precandidato presidencial, e incluso Donald Trump no estaba, digamos, muy amigable con los miembros del partido republicano —estas elecciones de los EEUU tuvieron muchas particularidades, se sacaron muchos trapos sucios. Donald Trump de una manera u otra denigró la figura de Marco Rubio.

Y ahí en Miami el planteó que era ya el momento de establecer un nuevo comienzo en la relación con Cuba y ese comienzo significaba una regresión en las relaciones que habíamos logrado hasta el momento. Marco Rubio se erigió como la figura, principal, junto con Ted Cruz, y Mario Díaz-Balart. Así nosotros pensamos que las medidas que está tomando Trump son una forma de pagarle a la derecha de Miami.

[Las relaciones] han tenido dos puntos álgidos: el primero, los supuestos ataques sónicos a la embajada de EEUU en Cuba, digo supuestos porque está comprobado científicamente que Cuba no hizo ningún ataque… Eso trajo consigo la reducción drástica del personal de la embajada aquí en La Habana y la expulsión de 15 funcionarios de la embajada de Cuba en Washington. Eso representa un retroceso en lo que habíamos logrado hasta hoy.

Y el segundo punto que marca un retroceso en las relaciones entre ambos países es la creación de la Fuerza de Tarea en el Departamento de Estado para operar en internet con marcados fines subversivos.

LC: ¿Y eso cuándo fue?

SE: Eso fue hace varios meses, con el objetivo dirigido a la juventud con fines de cambio de régimen, en momentos en que Cuba realmente está haciendo grandes esfuerzos para la informatización de la sociedad y para abrir el uso de la internet a nivel de toda la isla…

En estos momentos, no han dicho que ningún acuerdo se ha hecho para atrás, pero los acuerdos se han quedado paralizados. Nosotros decimos que se han ralentizado. Ahora estamos teniendo conversaciones sobre la trata de personas con el Departamento de Estado, pero está muy bajo el nivel.

LC: Está también el problema de que hay muchos de puestos vacíos el Departamento de Estado, no han consolidado su propio trabajo no solo con Cuba sino con otros países, como en México.

SE: Es muy difícil. Cuba y México tienen una relación histórica; se ve como una cosa muy positiva. Pero Trump considera a America First, la construcción del muro que aparte está exigiendo que México pague por el muro y las relaciones entre México y EEUU están bastante tensas.

LC: Están muy deterioradas.

SE: Muy deterioradas. Las relaciones con Cuba no pudiéramos decir que estén deterioradas, pero están tensas. En el periodo Barack Obama e incluso hasta la mitad del año pasado, muchos ciudadanos norteamericanos visitaron Cuba a pesar de las limitaciones que establecen las doce categorías —EEUU llegó a convertirse en el segundo emisor de turistas a Cuba, detrás de Canadá. Siempre el mercado cubano ha sido el mercado natural para el turismo de los EEUU.  Eso ha disminuido mucho, porque existe una orientación del Departamento de Estado de que eviten la visita a Cuba porque consideran que hay peligro. Deberían caminar por aquí para ver cuanto peligro, cuan peligrosa es La Habana. Aunque siguen llegando…

Otro elemento importante es el boicot o el bloqueo a entidades y productos cubanos, que los ciudadanos norteamericanos no pueden tener ni contacto.

Cerrazón por decreto

Una de las cosas que tiene el sistema político norteamericano, Ud. conoce más que yo, es que a veces el presidente puede emitir decretos presidenciales que no son de estricto cumplimiento para el presidente que viene después. Hay decretos presidenciales de Obama, porque el presidente no puede eliminar con un decreto el bloqueo porque el bloqueo está codificado en ley y solamente el congreso y el senado lo pueden cambiar. Cuando usted lee el cuerpo de la ley es una ley que está mal redactada e incluso viola la constitución de los EE. UU, pero hay un marcado matiz político a la hora de establecer esta ley y ahora para quitar esta ley es bastante duro.

Hay decretos presidenciales de Donald Trump que han limitado el número de personas que viajan a Cuba. Hace un año y medio ya, que los contactos académicos entre EEUU y Cuba han bajado considerablemente. El Departamento del Tesoro tiene más personas persiguiendo los activos cubanos que prácticamente a los terroristas. A cada rato, hay bancos, fundamentalmente europeos que el Departamento del Tesoro les impone multas millonarias y eso tiene las consecuencias que no podamos tener acceso, ni a la tecnología ni a los medicamente de ultima generación, entre otras cosas.

LC: Incluso antes de Obama había cierta apertura en el sector agrícola ¿esto se ha cerrado?

SE: Se ha cerrado, se ha disminuido mucho.

A pesar de eso, yo pienso que existe una disposición de ambos pueblos de mantener una relación estable. Yo he sentido y también los colegas míos que han visitado EEUU, que hay mucha gente buena que quiere ayudar, que quiere cooperar. Y también los norteamericanos que visitan a Cuba sienten eso, caminan por las calles y no son agredidos, no existen esas cosas. El gobierno cubano ha manifestado reiteradamente la disposición al diálogo, estableciendo siempre el respeto mutuo. Y no parece que eso vaya a lograrse con esta administración. Hay un recrudecimiento de las condiciones del bloqueo, algo que es difícil a veces explicarles a otros colegas de otras naciones porque realmente no podemos acceder a muchas cosas que son necesarias para la vida moderna.

LC: Y cuando dice que hay gente buena que quiere ayudar ¿qué pueden hacer a nivel de pueblo? ¿De pueblo a pueblo?

SE: Imagínese usted, si no podemos viajar, no podemos establecer comercio porque siguen viniendo. Hace poco, el mes pasado vino un grupo de congresistas, 6 senadores de ambos partidos que tienen la idea y la intención de fomentar la discusión en el congreso de los EEUU de que Cuba no es un peligro para la soberanía de los EEUU y que es necesario permitir al ciudadano norteamericano visitar cuba como turista, que es necesario establecer medidas que permitan el comercio entre ambas naciones, que se reestablezcan el personal entre ambas embajadas, entre otras cosas. Ellos vinieron, se reunieron con el presidente cubano. Patrick Leahy, y vinieron también del partido republicano, o sea que no solo es el partido demócrata el que está fomentando esto, hay republicanos que creen firmemente que se puede establecer.


Hay un recrudecimiento de las condiciones del bloqueo… no podemos acceder a muchas cosas que son necesarias para la vida moderna


Hay algo muy significativo: desde el año 1999, durante la administración de Clinton, se estableció en la Sección de Intereses de EEUU en Cuba, un representante del servicio guarda costa de los EEUU que tenía entre sus tareas coordinar con las autoridades cubanas el enfrentamiento al narcotráfico en las áreas del Caribe.  Las áreas del Caribe constituyen vías naturales para el paso de las drogas a los EEUU. Pudiéramos decir que a partir del año 2002 o 2003, el Departamento de Estado en su valoración mundial que hace del enfrentamiento del tráfico de drogas ha reconocido que Cuba es un interlocutor que busca paz, que realmente dedica esfuerzos considerables al enfrentamiento del tráfico de drogas.

LC: Los proyectos de inversión, de turismo o de exportación que se habían planteado e incluso algunos que ya avanzaron en la época anterior ¿qué pasa con ellos ahora?

SE: Mire, estuve hablando con un colega norteamericano en diciembre que me decía que tienen miedo a realizar cualquier tipo de inversión porque pueden ser perseguidos e incluso multados por el Departamento del Tesoro. Se han firmado muchas cartas de intención, pero las cartas de intención es el preámbulo al contrato. Porque hay un nivel de incertidumbre. Yo podría catalogar a los inicios del primer año de Donald Trump como la incertidumbre. En primer lugar, nadie sabía qué iba a pasar. Ahora está un poquito más claro, en el sentido de que hay una visión un poco más expedita, más directa de lo que quiere la administración Trump con Cuba.

LC: Cambio de régimen.

SE: Cambio de régimen. Estamos en el siglo XXI, los criterios de cambio de régimen, cambian, también porque la tecnología juega un papel crucial en estas tareas, pero es evidente que el cambio de régimen está como una de las tareas fundamentales del gobierno de Donald Trump.

¿Qué hay de positivo? Lo positivo está en que la apertura que se logró durante la administración de Barack Obama permitió que muchos ciudadanos norteamericanos —empresarios, académicos, que tenían una idea podríamos decir no distorsionada, pero podríamos decir no clara, de cómo es la situación de Cuba—, hayan podido observar con sus ojos cómo se vive en Cuba a pesar de todas de las limitaciones que tenemos. Y eso es algo que no se puede ocultar, que hayan caminado por las calles, vean como viven los cubanos, cómo piensan, cómo sienten, qué les falta, a qué tienen acceso, no una idea panfletera. Son muchos norteamericanos que han visitado Cuba en los últimos 4 años.

La otra cosa, es que muchos empresarios participan en ferias internacionales que se hacen aquí en cuba, principalmente la feria internacional de La Habana, y el stand de EEUU fue uno de los más grandes y eso fue por el interés del empresariado norteamericano en Cuba. Cuba es un país que pudiéramos decir “virgen”, que tiene muchas cosas que al empresariado norteamericano le llama la atención.

LC: ¿Qué tipo de empresas estaban representadas en el stand de EEUU?

SE: Fundamentalmente todas las que estaban vinculadas al sector agrícola. Estoy hablando de exportadores de pollo, productos del agro, maquinaria agrícola, fertilizante, medios de transporte también…

Tampoco Cuba es el elemento más importante para la política exterior de EEUU. Esa es una de las razones por las cuales las mociones referentes a favorecer las relaciones con Cuba, no caminan en el Congreso, porque no es lo más importante en el Congreso, hay otras cosas más importantes que tienen que ver con Iraq, Rusia, China, Medio oriente el terrorismo. Esa es una de las razones por la cual nosotros pronosticábamos que las cosas con EEUU se iban a mantener normal, en el sentido de que una de las victorias de Barack Obama y con el mejoramiento de las relaciones con Cuba, fue el mejoramiento de las relaciones con América Latina.

En Panamá se dijo que si Cuba no participaba, no iba a haber más Cumbre de las Américas. Eso estuvo encabezado por Rafael Correa, Hugo Chávez, y Evo Morales. Pero fue una ayuda de Rafael Correa, e incluso, el gobierno de Santos dijo que sí, que Cuba debía participar…

LC: Por un lado, es mi impresión de que por esta incertidumbre y por lo impredecible que puede ser Trump, el otro escenario es que, aunque no les importe mucho Cuba, pegar a Cuba puede ser una manera fácil de complacer a su base electoral. Otro escenario es que a todo el mundo le conviene más dejar las cosas así sin hacer mucho ruido en este momento porque no sabemos si el ruido va a causar una reacción en contra o una activación a favor y con la duda no se responde cuando se tiene que responder. Un tercer escenario, es que la fuerza de los empresarios que tienen mucho interés en la apertura además de los académicos y otros sectores que tienen menos influencia en Washington, pero también tienen intereses en la apertura empiecen a consolidar el lado empresarial del gobierno de Trump, de las cámaras de comercio. Son tres factores que pueden ser relevantes en distintos momentos o distintas combinaciones.

SE: Sí, yo estoy de acuerdo con usted. Una de las cosas positivas que se dio porque la política exterior es potestad del presidente de los EEUU, y una de las victorias de Barack Obama fueron las conversaciones con Irán sobre el problema de la energía nuclear y el restablecimiento de las relaciones con Cuba. Porque Cuba, podemos decir, era el adversario más fácil en el cual podía tener una clara victoria. Cuba tiene un prestigio bastante reconocido a nivel del mundo, y el enfrentamiento de Irán cuando se firmaron estos acuerdos para limitar el desarrollo nuclear de la república de Irán.

Ahora todas las cosas van en una dirección contraria. EEUU quiere retirarse del acuerdo con Irán, EEUU quiere retirarse del acuerdo climático —ya lo hizo—, EEUU se retiró de la UNESCO, EEUU quiere retirar el financiamiento a las Naciones Unidas, EEUU le está exigiendo a los países de Europa que aumenten a más de 0.5 los gastos en defensa, o sea todas las cosas van en una dirección contraria… 

Ahora con el criterio de America First,la política de Donald Trump más bien doméstica, ha favorecido mucho al complejo militar industrial. Y ha desencadenado prácticamente una carrera armamentista otra vez con Rusia. En el discurso de Putin ante la nación, estamos hablando de un lenguaje de los años 60, 70, 80. EEUU sacó hace poco un informe que se llama el informe de amenazas que se presenta ante el comité de inteligencia del senado donde establece en primer lugar que EEUU no va a dejar que ninguna potencia se interponga, y en segundo lugar, que las principales amenazas para EEUU, aunque eso todo mundo lo sabe, son China y Rusia y después menciona a Irán y Corea del Norte, pero que va a aumentar la presencia militar de EEUU en regiones donde antes se había limitado bastante la presencia… Estamos frente a una nueva, no le llamaría guerra fría, pero estamos en el mismo lenguaje que estaba en los años 60, 70 y 80.

LC: Incluso que podemos ver la política de EEUU en México en este contexto porque el muro, la seguridad fronteriza, el control de migración, todo eso es mercado para la industria de la guerra contra el narco, es otro frente de guerra para ellos.

SE: Sí, es mucho dinero. ¿Usted recuerda la operación Rápido y Furioso en el año 2010? ¿Que se detectó que el armamento que utilizaba el narcotráfico en México provenía de los arsenales de EEUU?  Las agencias anti drogas y el FBI estaban promoviendo eso.

LC: ¿Esperan cambios en la época después de los Castro?

SE: Realmente, todo está en la incertidumbre. La idea que te puede responder un cubano medio es que todo lo que se ha logrado hasta ahora —en el ámbito de salud, educación, tranquilidad ciudadana, esas cosas se deben mantener, soberanía sobretodo.

Pensamos que debe existir una continuidad hasta lo que más pueda, habría que entender un poco la historia de Cuba porque el cubano piensa que es mejor la continuidad que una ruptura, tipo Europa del Este. Por ejemplo, yo soy negro, mi familia es negra. Yo prácticamente tengo un doctorado en historia, mi hijo es doctor en ciencias informáticas, mi otro hijo es diplomático. En otra sociedad, esto seria difícil. Nosotros somos hijos de pobres, de una familia humilde, y mis hijos no limpiaron zapatos, mis nietas no se prostituyen. No hay drogas en las calles.

Yo tengo mucha confianza en los jóvenes, tengo mucha confianza en que haya una continuidad. Y tengo confianza también en que las cosas van a mejorar. Cuba tiene talento, hay mucho nivel cultural, hay capacidad en las universidades. Las leyes de EEUU nos tienen muy cercados y a veces hay que buscar una forma de respirar…

Estados Unidos es una potencia mundial que domina prácticamente el 80% de la economía del mundo, entonces las cosas tienen que ver con EEUU y Cuba no puede llegar a EEUU. Esa es la idea. Entonces como dijo Martí: “Si la guerra nos la hacen del pensamiento, ganémosla a pensamiento”. Si hay una guerra de pensamiento, hay que ganarla con pensamientos, no hay que ganarla con fusiles.

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