Wikileaks: La política electoral impulsa la estrategia de la guerra contra las drogas en Juarez

“Tenemos 18 meses”; No hay tiempo para la creación de instituciones
• El objetivo es “sostener la confrontación en la próxima administración”
• Las autoridades mexicanas critican la falta de estrategia en la fase inicial de la Iniciativa Mérida

El cable 002882 de Wikileaks indica que las autoridades estadounidenses y mexicanas les importaba principalmente demostrar “éxito” en Ciudad Juárez antes de las elecciones presidenciales mexicanas de 2012, y descartaron estrategias de largo plazo para resolver la violencia endémica que afecta a la ciudad fronteriza. Los miembros del gabinete de Calderón, hablaron abiertamente de la necesidad de “sostener la confrontación en la próxima administración”.

El resumen del cable de 002882 de octubre de 2009 señala:

“En una cena ofrecida por PGR para una delegación visitante del Departamento de Justicia estadounidense, el Coordinador de Seguridad Nacional [Jorge] Tello Peón y el subsecretario de Gobierno [Gerónimo] Gutiérrez Fernández le dijo a la delegación que les gustaría explorar seriamente el enfocar nuestros esfuerzos conjuntos en dos o tres ciudades clave para darle marcha atrás a la actual ola de violencia e inestabilidad y demostrar el éxito en la lucha en contra de las organizaciones narcotraficantes en los próximos 18 meses. Sugirieron comenzar en Ciudad Juárez, Tijuana y una ciudad adicional con un grupo de planificación conjunto para examinar los recursos que pudiéramos hacer valer colectivamente. Ellos creen que el simbolismo de invertir varias de las ciudades más violentas sería poderoso, enviándole una señal al resto del país que la lucha contra la delincuencia organizada se puede ganar, y se puede combatir el sentido actual de impotencia que sienten muchos mexicanos. También les parece que ayudaría mucho a remendar la reputación internacional dañada del país”.

Prioridad de “sostener” la guerra contra las drogas

Según el relato de la reunión del cable,

“en retrospectiva, él [Gutiérrez Fernández] y otros funcionarios del gobierno mexicano están al tanto de que no se consideraron cabalmente asuntos estratégicos en la primera fase de Mérida. Hubo demasiado énfasis en la planificación inicial para el equipo, que ahora saben que se tarda en llegar y se tarda aún más en ser de utilidad directa en la lucha contra las organizaciones narcotraficantes. De importancia más inmediata es la construcción de instituciones que puedan utilizar efectivamente el equipo”.

En lugar de plantear cómo construir instituciones, sin embargo, el cable sorprendentemente continúa señanlando que ya es demasiado tarde para el desarrollo de instituciones debido a la proximidad de las elecciones federales:

“Gutiérrez pronunció, sin embargo, que ahora se da cuenta de que ni siquiera hay tiempo para que la creación de instituciones tome vigor en los años restantes de la administración de Calderón. ‘Tenemos 18 meses’, dijo, ‘y si no producimos un éxito tangible que el pueblo mexicano pueda vislumbrar, será difícil sostener la confrontación en la próxima administración”.

La meta, constada en este cable, es “sostener la confrontación”. No es una buena noticia para el pueblo de la Ciudad Juárez. El objetivo superficial de demostrar éxito a más tardar en dieciocho meses en las ciudades modelos mientras se mantiene el conflicto, podría favorecer tácticas represivas que no harían más que desplazar la violencia geográficamente o crear un estado militar/policial que suprime la violencia en detrimento de las libertades básicas. Sin mención alguna de resolver la violencia o desmantelar los carteles de narcos, el cable plantea serias dudas sobre los verdaderos motivos detrás de la guerra contra las drogas.

En cambio, parece que el gobierno estadounidense comparte la prioridad del gabinete de Calderón de lograr una victoria “simbólica” para el gobierno de Calderón antes del final de su administración, y asegurar la continuación de la guerra contra las drogas durante la siguiente.

El cable demarca una estrategia no de derrotar los carteles, sino de reforzar el apoyo a una guerra contra las drogas que carece de transparencia, y que se lanzó sin el consentimiento del Congreso de la Unión o del pueblo mexicano. Una guerra que también carece de una estrategia clara o un diagnóstico detallado de la situación, ha tenido resultados desastrosos en materia de seguridad pública y está perdiendo rápidamente el apoyo del público.

El comentario de la embajada estadounidense al final manifiesta la intención de dar seguimiento a la estrategia de “seleccionar unas pocas ciudades clave y esforzarse en invertir la seguridad”. Si los dos gobiernos en efecto siguieron adelante con esta estrategia desde octubre de 2009, ésta ha fracasado espectacularmente. En 2010, Ciudad Juárez sufrió un récord de 3,000 muertes relacionadas con la guerra contra las drogas. La ciudad está a punto de romper su propio récord y mantener su lugar como la capital del asesinato del mundo en 2011.

Laura Carlsen es Directora del Programa de las Américas del Center for International Policy en la Ciudad de México, www.americas.org.

Traducido por Annette Ramos

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