Golpe Cataliza Movimiento de Mujeres Hondureñas

En la mañana del 28 de junio, organizaciones de mujeres de todo Honduras se preparaban para promover un voto afirmativo a la encuesta sobre llevar a cabo una Asamblea Constituyente. De repente, las líneas telefónicas comenzaron a zumbar.

En esta pobre nación Centroamericana, las feministas se han estado organizando durante años en defensa de los derechos de las mujeres, de la igualdad y contra la violencia. Cuando el Presidente democráticamente electo Manuel Zelaya fue exiliado por la fuerza por las fuerzas armadas, mujeres de todo el país espontáneamente se organizaron para protestar y demandar un retorno a la democracia. Llamaron a la nueva organización paraguas "Feministas en Resistencia".

El 18 de agosto, las Feministas en Resistencia se sentaron con mujeres de la delegación internacional para la Semana de los Derechos Humanos de las Mujeres, que organizaron para monitorear y analizar las violaciones a los derechos humanos de las mujeres y los desafíos para la organización. Una tras otra, contaron sus historias en una larga sesión que combinó terapia de grupo y análisis político – una mezcla natural en este punto crítico de la historia de Honduras y la historia de su movimiento.

Miriam Suazo relata los eventos del día del golpe. "El 28, nosotras empezamos a llamarnos, preguntando, ‘¿Qué está pasando?’" Al principio nadie realmente entendía la magnitud completa del golpe – dice- pero las redes se movilizaron rápidamente y las mujeres comenzaron a juntar información y planear acciones. Feministas independientes y feministas de diferentes organizaciones inmediatamente se identificaron entre sí y se unieron a la creciente resistencia al golpe. Comenzaron a salir a rescatar a los que habían sido golpeados y seguir el rastro de individuos arrestados por las fuerzas de seguridad.

Para algunas, el shock de despertar en un golpe de estado no era nuevo.

"Este es mi tercer golpe de estado. Fui una niña cuando el golpe de estado pasó (en ’63). Luego viví el golpe de estado de ’72. En la escuela frente a la casa donde yo vivo mi mamá andaba entre las balas y los tiros, pensábamos que la iban a matar. Y vi toda la represión que vivió mi madre, hubo un tiempo que quedarme en la casa, Luego en la universidad y tuve la oportunidad de vivir todo lo que significó la década de los ochenta, toda la represión contra las compañeras… Esto ha revivido la historia de mi vida," relata Maria Elena.

Hay un dicho en Honduras sobre la guerra sucia en América Central, que "mientras Estados Unidos tenía sus ojos puestos en Nicaragua y sus manos en El Salvador, tenía sus botas sobre Honduras". Para las mujeres mayores que recuerdan el terror de esa época, cuando más de 200 personas fueron hechas desaparecer y cientos fueron torturados y asesinados, el golpe actual despierta profundos miedos. Gilda Rivera, directora de Derechos de Mujeres en Tegucigalpa dice: "He tenido una historia de vida jodida. Fui una de las víctimas de Billy Joya. He ido dos veces a la frontera y he vivido con el toque de queda… A veces me despierto con mucho terror."

Las mujeres mayores coinciden en que ellas han crecido y su movimiento ha crecido desde los 80.

Maria Elena hace notar "En los ochenta no había un movimiento de masas que sí hoy lo hay. No había un movimiento de feministas… Hoy no es la misma década porque hay un frente amplio, hay una fuerza social. Yo creo que eso nunca se imaginaron los golpistas. Ellos se equivocaron, no han hecho la lectura de esta realidad. Lo que ha hecho Mel Zelaya es simbolizar todo el descontento popular, toda una voz callada por años, los muchachos jóvenes en la universidad que han estado callados…"

Ella recuenta la batalla del 5 de agosto para la universidad donde trabaja y la participación sorprendente de los estudiantes. Su historia se repite como un eco, con variaciones, por muchas de las mujeres presentes.

Aunque combaten pesadillas y traumas largo tiempo sepultados, estas mujeres también ven una nueva esperanza para la resistencia esta vez y para su propia lucha por los derechos de las mujeres. La represión y el miedo han fortalecido su resolución. "Seguro, tengo miedo a morir pero no pierdo las esperanzas", dice Gilda "Me da esperanza viendo los rostros en las marchas y la solidaridad entre nosotras.
Para Jessica, los eventos de este año le trajeron a la mente la represión de los 80. "No esperaba que mis hijas estarían en esta situación como está." Como madre que vivió el período de dictaduras y guerra sucia en el país. "Le dije a mi hija que no fuera a las marchas. Y ella me dijo ‘¿mamá, y mi autonomía? Mi hija finalmente me acompañó a la marcha y fue muy gratificante para mi ir juntas." Estas mujeres saben en sus cuerpos y sus corazones los costos de la resistencia. También saben que los costos de no resistir con mucho mayores.

Para la nueva generación de feministas, el catalizador llegó con la confrontación frente al Instituto Nacional de Mujeres el 15 de julio. El día que el titular del Instituto nombrado por el golpe se instaló, las Feministas en Resistencia se reunieron para protestar la toma de "su" institución. Lesly dice: "La policía usaban sus toletes, me agarró del cuello. Me llenó de cólera, me sentía ahogada de cólera." Muchas mujeres jóvenes de la organización experimentaron un punto de giro en sus vidas ese día. "El Instituto fue tierra mía, algo de mi pertenencia. Sentía que estaban atacando a nuestra condición de mujer directamente. No nos dejaron entrar. Esta vez sí me tocaron."

A pesar del fuerte sufrimiento, las mujeres en la reunión de Feministas en Resistencia están de acuerdo que la dinámica agotadora de constantes movilizaciones y represión ha profundizado su compromiso. Su movimiento también se ha unido y ha desarrollado lazos más estrechos con el movimiento general. Cuando se supo que las feministas estaban siendo atacadas en el Instituto de Mujeres, manifestantes de todo el espectro del Frente Nacional contra el Golpe inmediatamente marcharon al Instituto para defender a las mujeres y mostrar su solidaridad.

Aunque el liderazgo del Frente continúa siendo mayormente masculino, hombres del movimiento han reconocido públicamente la contribución de las organizaciones feministas y de las mujeres en la resistencia. Desde rescatar a los heridos, hasta marchar día tras día, hasta desarrollar análisis y documentos con estrategias, las organizaciones de mujeres han jugado un rol crítico en oponerse al golpe.

En una reunión entre líderes del Frente y Feministas en Resistencia más temprano en el día, Salvador Zúñiga, un líder de la Confederación de Pueblos Indígenas y Negros de Honduras (COPINH) y el Frente, reconoció que las mujeres han estado entre las más activas y valientes en el movimiento de resistencia. Señaló que el movimiento feminista está en el centro de la reacción a la derecha que condujo el golpe.

"Una de las cosas que desató el golpe de estado fue que el presidente de la república haya aceptado una solicitud del movimiento feminista particularmente a lo que se refiere a la píldora de emergencia. Campaña. Se movió el Opus Die, se movieron las iglesias fundamentalistas evangélicas y todos los grupos reaccionarios que hay," explicó.

El rol sin precedentes de las mujeres en la lucha de la nación por la democracia las convierte en objetivo para la represión. Zúñiga concluyó en términos bien claros, "Yo lo que puedo decir es que las compañeras feministas están bajo mayor peligro que cualquier otra organización. Y esto porque están oponiéndose a la señora que pusieron en el INAM, la señora Martha Diez. Ella es compañera de Billy Joya y Billy Joya es un criminal que está dirigiendo la guerra sucia y hay desparecidos en honduras, hay capturas, asesinato. Este es un punto que debe ser denunciado."

Además de estar en el extremo receptivo de las "porras" y pistolas junto con el resto del movimiento, las mujeres sufren formas específicas de represión y violencia, sus cuerpos se han convertido en parte del campo de batalla. Los grupos de derechos humanos, incluyendo la delegación internacional a la Semana de los Derechos Humanos de las Mujeres han documentado violaciones, golpizas, acoso sexual e insultos discriminatorios. Las unidades del ejército y la policía rutinariamente les gritan "¡Putas!" y "¡Vayan a buscar marido!" en las cada vez más frecuentes confrontaciones entre las mujeres y las fuerzas de seguridad del golpe.

Es precisamente ese salirse de la esfera privada que hace a estos peligrosos tiempos tan emocionantes y energizan a las mujeres de la organización. Muchas informan estar dejándose llevar por la adrenalina de saber que esta vez ellas son las que están definiendo su historia. Montan una montaña rusa de emociones, cayendo de la euforia a la desesperación en un solo día. Pero una constante es la satisfacción de comprometerse en un proyecto político con otras mujeres que comprenden el alcance completo de lo que ellas demandan y comparten los sentimientos contradictorios que braman en su interior. El floreciente movimiento que se ha unido al calor del golpe como Feministas en Resistencia enfrenta algunos desafíos mayores, el primero derrotar al golpe que está entrando en su DIA 54 en el calendario de la resistencia. A medida que el ala derecha consolida su poder y su propia perversa marca de institucionalidad, ellas sienten que están mirando por el caño de una pistola lo que a sus derechos y seguridad conciernen. Circulan rumores de que el golpe desmantelaría el Instituto para Mujeres. El Congreso está por instaurar el servicio militar obligatorio, lo que significa que las madres por todo el país se sentirán compelidas a proteger a sus hijos de la incorporación forzada. Su libertad de expresión, libertad de tránsito, libertad de reunirse en asamblea han sido todos cercenados bajo el golpe, junto con todos los que se oponen al régimen, excepto que para ellas la imposición física de libertades reducidas está acompañada por actos de violencia y amenazas.

Grandes preguntas están sobre la mesa en la reunión de feministas internacionales y hondureñas.

¿Cómo luchar por un retorno necesario del orden institucional en un momento en que la vulnerabilidad e insuficiente naturaleza de aquellas instituciones han sido puestas de manifiesto?

¿Cómo evitar relegar las demandas de las mujeres a un plano inferior en un período de aguda crisis política? ¿Cómo abrirse paso a través de un bloqueo de los medios que es aún más impenetrable si uno está contra el golpe y se es mujer? ¿Y cómo simplemente conservar su trabajo y a la familia unida mientras pasa horas por día en las calles y reuniones?

Bertha Cáceres es una líder de COPINH, líder del Frente y madre de cuatro. En su labor política ha integrado sus demandas específicas como mujer y cree que las mujeres organizadas deben ser frente-y-centro de la resistencia contra el golpe.

"Primero, porque significa enfrentar a una dictadura, a una dictadura basada en diferentes formas de dominación. Hemos dicho que no solo es el capitalismo depredador, no solo el racismo que también se ha fortalecido en esta dictadura, sino también el patriarcado. Entonces nosotras sentimos que luchar contra esta dictadura es ir más allá con una visión más estratégica, más al largo plazo, es luchar por esta nación."

"Una asamblea nacional constituyente, yo siento, es fundamental para las mujeres. Porque por primera vez nosotras estaríamos sentando el precedente de dar un paso muy firme para la emancipación como mujeres, para empezar a romper estas raíces de dominación. El hecho que en ningún momento en la constitución actual menciona a la mujeres—ni una vez—y por ejemplo, establecer en una constitución nuestros derechos humanos, nuestros derechos reproductivos, sexuales, políticos, sociales económicos—eso es realmente enfrentar un sistema de dominación."

Las mujeres de Feministas en Resistencia no se hacen ilusiones que ésta será una tarea fácil. Además de los desafíos mencionados, el movimiento está en transición hacia una nueva etapa de organización local en todo el país y en la creación de estrategias de largo alcance, al mismo tiempo que enfrenta una represión en aumento y violaciones a los derechos humanos.

La cuestión de las elecciones programadas para noviembre ha creado otro límite de tiempo para las definiciones: el 1º de septiembre, cuando los candidatos deben estar registrados y el Presidente Zelaya ha jurado regresar al país. Las Feministas en Resistencia tienen una clara posición de boicotear cualquier elección patrocinada por el golpe, pero algunas otras partes del movimiento y la comunidad diplomática internacional han sido más ambiguas.

Lo que resulta seguro, en medio de estos rápidamente cambiantes escenarios nacionales, es que las mujeres hondureñas han construido un movimiento que, a pesar de la poca atención de los medios y las barreras de una sociedad dominada por el género masculino, ha acopiado apoyo internacional de mujeres alrededor del mundo y respeto del movimiento general de resistencia. Su organización continuará jugando un papel central en lo que ocurra en Honduras a continuación – una clave determinante en el curso de la democracia en todo el Hemisferio.

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