A punto de la beatificación, la justicia de El Salvador ha protegido a los asesinos de Monseñor Romero

image(1) El arzobispo mártir Oscar Arnulfo Romero será beatificado el próximo 23 de mayo en la capital salvadoreña. La ceremonia será presidida por el cardenal italiano Angelo Amato, prefecto de la Congregación de la Causa de Todos los Santos.

Después de 35 años de ser asesinado y a un paso de una canonización, la muerte del sacerdote salvadoreño Oscar Arnulfo Romero sigue sin recibir justicia. Algunos religiosos y la mayoría de ciudadanos que conocieron de cerca de Romero reprochan al Estado salvadoreño porque no ha habido un juicio para condenar a los responsables de muerte del arzobispo.

La Comisión de Verdad, creada después de la firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador, señaló que la orden de asesinar al obispo que se estaba convirtiendo en un dolor de cabeza para la derecha radical del país la dio Roberto d´Aubuisson Arrieta, fundador del partido ARENA, pero detrás de él hay otros militares y estrategas derechistas que a juicio de la opinión de los ciudadanos deben ser enjuiciados aunque algunos de estos ya hayan fallecido.

Romero fue asesinado el 24 de marzo mientras levantaba la ostia en una misa especial que oficiaba ese día. El francotirador contratado por los autores intelectuales del crimen solo utilizó una bala, dio justo al corazón en el momento en el que el arzobispo conmemoraba la muerte de Jesús en el altar.

El procurador de los Derechos Humanos de El Salvador, David Morales, es muy crítico. Señala que las investigaciones del caso deben llegar hasta las últimas consecuencias, pero además demanda que la Corte Suprema de Justicia promueva la derogación de la Ley de Amnistía vigente en el país para que se realice un juicio por la muerte de monseñor Romero y de otras víctimas de la guerra civil que afectó al país centroamericano en la década de los 80s.

“Penosamente en El Salvador no hay avances. No hay voluntad de la Fiscalía para impulsar las investigaciones y el sistema de justicia del país ha protegido a los responsables de la muerte de monseñor. El Salvador no debe seguir siendo ejemplo de impunidad”, dijo Martínez, durante la conmemoración del 35 aniversario de la muerte del religioso.

La misa especial del 35 aniversario de la muerte de Monseñor Romero
La misa especial del 35 aniversario de la muerte de Monseñor Romero

Sin embargo, las autoridades salvadoreñas evaden hablar sobre la nulidad de la Ley de Amnistía y prefieren responsabilizar a otras instituciones del estado por la falta de acceso a la justicia en el caso de Monseñor Romero y de otros crímenes de guerra. El magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia, Florentín Meléndez, asegura que es el presidente de la República es quien debe promover la iniciativa para derogar la ley.

Mientras tanto, la muerte de Romero continúa sin ser reconocida como un crimen de guerra, la justicia salvadoreña no tiene registro del caso y algunos que resultaron señalados en el informe de la Comisión de la Verdad continúan libres y además protegidos por la Ley de Amnistía, ya que la misma Corte Suprema del país impidió la extradición del coronel Álvaro Saravia hacia Estados Unidos donde fue condenado por el caso.

Para muchos, la canonización de Romero y el reconocimiento de su martirio es una forma de hacer justicia, ya que el proceso de beatificación y canonización estuvo archivado por mucho tiempo y fue hasta la llegada del papa Francisco que se reabrió el caso.

El obispo de la diócesis de Saltillo en México, Raúl Vera, quien participó en la misa especial del 35 aniversario de Monseñor Romero, considera que el anuncio de la canonización del obispo mártir marca a Romero como un hombre del mundo que inspira a la iglesia católica en el trabajo pastoral por los más necesitados.

“Este espaldarazo que la Iglesia acaba de dar a la obra de Monseñor Romero debe ayudar mucho a la reflexión de El Salvador para romper con la impunidad. La iglesia tiene que verlo a él e inspirarse en su labor pastoral, Don Oscar es el santo, el profeta, el hombre de dios para este momento y tenemos que imponer nuestra mirada en él para saber enfrentar con misericordia y con gran sensibilidad y valentía esta destrucción del mundo que hoy están provocando los mismos brutos a los que el se enfrentó”, dijo el religioso mexicano.

Vera, un crítico y defensor de los derechos humanos en su país, afirma que la impunidad y la desigualdad que Romero denunció durante su obispado continúan ahogando a las sociedades latinoamericanas y el nombramiento del obispo del salvadoreño como santo debe servir para romper las cadenas que siguen atando a los más necesitados a estas desigualdades.

“Don Oscar es un don para el mundo de hoy, para iluminar a la iglesia, para iluminar al mundo. Es el hombre de Dios para tocar los corazones. Dios le ha regalado a esta etapa tan oscura y tan gris de la humanidad un espíritu grande porque Don Oscar denunció en El Salvador lo que ahora está esparcido por el mundo entero, él luchó para que en su país no quedaran impunes las violaciones a los derechos humanos, para que hubiera justicia”, agregó el religioso mexicano.

El Obispo Raúl Vera en la misa
El Obispo Raúl Vera en la misa

Durante una conferencia de prensa oficiada en la cripta de la catedral de San Salvador, Vincenzo Paglia, obispo italiano que postuló la causa de Monseñor Romero en el Vaticano, aseguró que Romero se convierte en el primer mártir después del Concilio Vaticano II y también afirmó que la Congregación de la Causa para los Santos aprobó de forma unánime la canonización de Romero en El Salvador.

“El mundo mirar a Monseñor Romero. El pastor fue como Jesús que dio su vida por su pueblo. Ahora Monseñor Romero no solo vive, sino que habla, Romero no necesita ser beatificado”, expresó conmovido el religioso italiano.

Pese a que el anuncio de la canonización y el evento especial que pondrá los ojos del mundo en El Salvador, el sentimiento de injusticia en el caso de Romero prevalece entre los obispos salvadoreños. Ricardo Urioste, encargado de la causa desde 1997, dijo al Programa de las Américas que  nunca se ha querido hacer justicia en El Salvador por la muerte del obispo mártir y aseguró además que la verdad sobre el crimen fue tomada en cuenta por el Vaticano.

“Siempre creímos que la verdad iba a prevalecer e iba a triunfar, este un triunfo de la verdad y no de las falsedades que se dijeron de monseñor Romero. Hay informes como el de la Comisión de las Naciones Unidas que prueban quiénes son los responsables del crimen, pero nunca se quiso hacer un juicio por el asesinato de Monseñor Romero. El juez del proceso que se inició se tuvo que ir a Costa Rica porque lo amenazaron”, explicó Urioste.

Las organizaciones sociales y religiosas que siguen de cerca todo el proceso de la canonización de Romero y de su martirio, comparten también el sentimiento de injusticia. “El martirio de Monseñor no debe hacer que perdamos de vista cosas fundamentales, entre ellas que no se ha hecho justicia porque no hay una verdad judicial establecida por el asesinato de nuestro obispo mártir”, explicó el sacerdote Fredy Sandoval.

Las voces coinciden que Romero trabajó por la justicia y la verdad en El Salvador, denunciando las violaciones a los derechos humanos de los excluidos de la sociedad y es por eso que consideran que las autoridades salvadoreñas deben dar un ejemplo al mundo y se debe condenar a los responsables del asesinato.

image“Debe haber justicia en el caso de Monseñor Romero. A 35 años del martirio de Monseñor Romero la verdad ha sido establecida plenamente en la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos e incluso por la Corte Federal de Fresno [California]. Monseñor Romero trabajó por la justicia, por la verdad y por eso tenemos que ser ejemplo para el mundo”, señaló el procurador salvadoreño de Derechos Humanos.

Se espera que miles de personas de todas partes del mundo lleguen a El Salvador el próximo 23 de mayo para el acto de canonización del obispo mártir y la fecha coincide con el día en que Romero fue nombrado arzobispo de San Salvador.

Citar: Programa de las Américas, 26 de abril 2015.  Autor: Carmen Rodíguez.  Editor: Laura Carlsen. https://www.americas.org/es/archives/14998

 

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