A mi hijo lo robaron: Emiliano Navarrete

Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, grita don Emiliano Navarrete Victoriano en su recorrido por las calles de la ciudad de México donde encontró el eco de los capitalinos que han salido a la calle para cobijarlos y decirle que no está sólo.

Desde el 26 de septiembre camina por las calles de Tixtla, Chilpancingo, Iguala, Acapulco, Distrito Federal… Ahí va, como con el alma en la boca, con la pregunta recurrente: dónde estará su hijo, con otros 42 desaparecidos de Ayotzinapa. Él, junto a los padres de los otros 42 jóvenes desaparecidos en Iguala, hace 48 meses.

En una plática con los reporteros, don Emiliano dijo: “Es como una pesadilla para mí y mi esposa. Es una pesadilla que estamos viviendo y no nos podemos despertar de esto. Si estamos comiendo nos acordamos: estará comiendo, estará bebiendo, le darán agua”.

Agregó: “Mi hijo fue raptado por unos uniformados que son policías municipales de Iguala”.

José Ángel Navarrete González es el estudiante más joven de los 43 desaparecidos, antes de que la policía de Iguala se lo llevaran tenía 17 años. Desde que desapareció su papá no ha parado ni un día en su búsqueda.

El señor Emiliano, en su andar tras las huellas de su hijo, ha hablado ante cámara de televisión internacional y nacional; además, visitó en varias ocasiones los estudios de radio para hablar de su hijo y el desarrollo del movimiento por los 43 desaparecidos. Estuvo en el programaPrimera Emisión con Carmen Aristegui al día siguiente de que se entrevistaron en los Pinos con Peña Nieto.

Vive en Tixtla, pero se mudó a la Normal de Ayotzinapa para acompañar a los papás de los otros 42 desaparecidos.

Aprendió a hacer las actividades que su hijo realizaba en Ayotzinapa cuandoerapelón, antes de que fuera detenido-desaparecido en Iguala, acudió a universidades de los Estados  buscando concientizar a los universitarios para que se unan a la lucha por los 43 desaparecidos.

A cuatro años de que José Ángel Navarrete González fue raptado, como lo dice Emiliano, el gobierno federal se ha negado abrir los cuarteles donde los padres de familias creen que pueden estar sus hijos. Se han topado con una férrea negativa e incluso han vivido represiones policiacas y militares.

En la entrevista con Carmen Aristegui, don Emiliano dijo: “Yo tenía miedo de hablar, no sabía qué iba a decir. Sentía mucho dolor en mi pecho y como que todo me lo guardaba… No me gustó cuando empecé a ver que las autoridades nos engañaban, sobre todo cuando pedíamos que buscaran a nuestros hijos. Cuando pedimos ir a buscarlos y que ellos nos apoyaran, yo me animé y los acompañé. Fuimos a las cuevas en Huitzuco, caminamos por varios cerros, buscamos en algunas iglesias, pero no encontramos nada”.

Agrega: “Luego, corría el rumor de que a los lugares donde teníamos planeado llegar había gente armada que nos impediría entrar. Era para desanimarnos; sin embargo, fuimos y no nos pasó nada. Lo malo es que el gobierno espera que nosotros le digamos dónde tenemos que ir, y cuándo vamos, luego nos dicen que no pueden entrar a los lugares donde creemos que pueden estar nuestros hijos, como las iglesias, las bodegas y en algunas casas”.

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