Guatemala, entre el abandono ante el narco y los alquimistas en año electoral: Entrevista con Marco Antonio Castillo

La agudización de la violencia en Guatemala, de la mano de la presencia del narcotráfico, evidenciada por la reciente matanza de 28 personas a la finca Los Cocos perpetrada por el grupo criminal de los Zetas, ha encendido las luces rojas en el vecino sureño de México.

Esa situación hará que los candidatos a la presidencia, que se renueva este año, pidan mayor mano dura, en un país que sufrió los abusos militares en la década de los ochenta, advierte Marco Antonio Castillo, director de la Asociación Grupo Ceiba, originaria de Guatemala.

La asociación es una organización no gubernamental de prevención de consumo de drogas y de violencia juvenil. Castillo responde a algunas preguntas para el Programa de las Américas.

La creciente presencia de narcotraficantes hace temer que se copie la estrategia mexicana de combate al narco, que ha dejado más de 30 mil víctimas en México, dice Castillo.

El Programa de las Américas ya había alertado en septiembre del año pasado de que Guatemala estaba en la mira de los Zetas.

Mayor repressión

Cuestionado sobre las posibilidades de que aumenten las propuestas de mayor represión en lugar de prevención contra el tráfico de drogas, compartió su punto de vista y se mostró pesimista.

“El panorama en Guatemala es bastante difícil, estamos entrando en un año electoral y lamentablemente cuando  se dan ese tipo de eventos, muchos de los políticos (alquimistas políticos) sacarán a las calles la bandera de la desesperanza, la profecía de que no hay forma de resolver la violencia que no sea por medio de la represión, y con ella la vieja guardia política de origen castrense pide por volver al fascismo y la  militarización de los años ochenta.

“No serán más de tres a cuatro políticos, que unidos a un resto de candidatos satélites,  distraen la opinión del votante, y pregonarán que la única forma de resolver la caótica situación de violencia del país es actuando con mano dura, con la represión y la persecución al narcotráfico y a los maras; intentando que nos olvidemos de la falta de empleo, la corrupción estatal, de un sistema educativo colapsado, de pueblos urbanos y rurales sumergidos en la miseria y la hambruna, entre otras carencias y duras realidades”, dijo.

Para Castillo más allá del problema de la violencia que asola a su país, urge resolver el problema de la pobreza y la economía golpeada de la región.

“El problema no son solo las maras, los narcos o los fusiles, sino las estructuras sociales desiguales, de un país donde hay cada día más  pobres con carencias y faltas de oportunidades, instalados dentro de ‘una geografía del saqueo’ como la llama Santiago Millán, (Las tropas norteamericanas y la geografía del saqueo, América Latina, Mercosur y Paraguay en la mira, Paraguay 2005).

“…el viraje reciente hacia un imperialismo abierto respaldado por la fuerza militar norteamericana puede entenderse como un signo del debilitamiento de su hegemonía frente a las serias amenazas de recesión y devaluación generalizada en el país, que contrasta con los diversos ataques de devaluación infligidos previamente en otros lugares–América Latina en los ochenta y primeros años de los noventa, y las crisis aún más serias que consumieron al este y sudeste asiático en 1997 y que luego hundieron a Rusia y a una parte de Latinoamérica.

“Lo que está pasando es un retorno al pasado, a sistemas fascistas donde muchas veces las estructuras de poder mantienen el status quo con utilización de la violencia. Somos países pobres y donde una de las formas económicas de compensación y nivelación social es el narcotráfico. Mucha gente está vinculada al narcomenudeo, al tráfico de drogas porque es la única manera de adquisición de recursos económicos, aunque no sea lícitos y la segunda, tristemente, es la migración, que alberga en su seno la remesa. Seguimos dependiendo de lo que hermanos nos mandan de Estados Unidos y ahí te preguntas ¿dónde está la empresa? Sigue siendo una empresa aislada, una empresa de sociedades de abandono, que utiliza mano de obra barata y cada vez que hay un intento de aumentar el salario mínimo y mejorar la canasta básica lo primero que hacen las empresas es sacar a la gente a la calle, bajo la bandera de la no rentabilidad de la inversión”, señala.

La presencia del narco es de antaño

Además de la pobreza generada por la falta de empresas, está el abandono regional de una zona que es paso de drogas desde los años 70, pero que parece ser el siguiente paso de la guerra contra las drogas emprendida por Estados Unidos, con el modelo usado en Colombia y luego en México.

“En este estado de desgobierno, el abandono de Centroamérica la ha hecho en un paso de drogas. Con la presencia de carteles de drogas, incluyendo los de los Zetas mexicanos, han emergido distintas expresiones de violencia que van desde la violencia armada hasta la depredación, como lo sucedido en la matanza perpetrada por el cartel mexicano Los Zetas en la finca Los Cocos, en el municipio de La Libertad, Petén donde 28 labriegos fueron asesinados y sus cuerpos decapitados. Es un evento macabro, que generó que el gobierno instalara la presencia de fuerzas combinadas de la Policía y el Ejército ‘por tiempo indefinido’.

“Lamentablemente muchas de las políticas antidrogas están ligadas a sistemas represivos y de persecución. El tema del narco no es de hoy, y la presencia de carteles mexicanos o colombianos tampoco. Tal vez hoy con más presencia de mexicanos porque la situación de violencia y ejecuciones en México han derivado en una  geo-movilización estratégica del narco a Guatemala, Honduras y El Salvador. Veo muy difícil que a través de sistemas de mayor sofisticación de mecanismos de violencia, y sofisticación de inteligencia se pueda resolver el tema del narco”, considera.

Desarrollo social y despenalización

Finalmente, Castillo da su propuesta de cómo cree que debería ser el combate a la problemática del narco.

“Sigo creyendo que hasta que nosotros tomemos una decisión clara de desarrollo social sostenible que  inicie con políticas de despenalización de ciertas drogas, hasta llegar a legalización de la droga, va ser muy difícil resolver conflictos que nos llevan a extremos como el sucedido en la finca Los Cocos. Aunque hay mucha crítica en el tema, es el tema de la década. No creo que se pueda mantener por años esa visión represiva y de abandono, es necesario generar procesos que construyan alternativas reales a la ciudadanía y reduzcan brechas sociales.

“Me asusta mucho pensar que Guatemala quiera seguir el mismo camino de México, que en cuatro años en México han muerto 34 mil personas producto de esta ola de violencia, generada por la persecución del Estado del crimen organizado y narcotráfico.

“Es un tema complejo, para reflexionar, pero que va a correr por mecanismos de no-violencia, de no-agresión y construcción de sistemas más inclusivos, participativos y de toma de decisiones a modalidades y estructuras de poder más incluyentes que rompan el abandono y el desgobierno”, concluye.

Marco Antonio Martínez García es periodista mexicano. Colabora con el Programa de las Americas.

Haga clic aquí para visitar el sitio de Asociación Grupo Ceiba.

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