Hombre es arrestado por el asesinato de Brad Will en 2006 – ¿Finalmente un paso hacia la justicia?

El gobierno de Oaxaca arrestó hoy a Lenin Osorio Ortega por el asesinato del periodista estadounidense Brad Will.

En una conferencia de prensa el Procurador del Estado de Oaxaca, el General Manuel de Jesús López anunció que el residente de la ciudad de Oaxaca había sido detenido después de una larga investigación que incluía el análisis de vídeos y fotografías tomadas el 27 de octubre de 2006 – el día que Will recibió dos heridas de bala mientras grababa la marcha de una protesta.

En una entrevista con el payaso-conductor de televisión Brozo (Víctor Trujillo), el gobernador de Oaxaca Gabino Cue anunció el arresto y dijo que su gobierno continuaría con la investigación. El Procurador declaró que el asesino le disparó a Will desde el techo de un edificio, lo cual es más o menos consistente con estudios forenses independientes.

Sin embargo el Procurador también afirmó que parecía que el hombre había trabajado solo, lo que deja serias dudas sobre cuál habrá sido su motivo. También algún tanto contradictorio fue su declaración de que Osorio Ortega no estaba conectado con algún partido o grupo político, después agregando que el hombre todavía no había sido interrogado y que poco se sabía acerca de sus antecedentes. Lopez hizo notar que Osorio Ortega trabajó por algún tiempo para el gobierno estatal de Ulises Ruiz Ortiz, el gobernador del PRI cuyo despotismo incitó el movimiento y quien fue directamente responsable de su represión.

Will fue un periodista y ciudadano estadounidense, atrayendo la atención internacional de su asesinato (para un antecedente informativo de su asesinato, ver “Amigos de Brad Will”). Alrededor de 26 ciudadanos mexicanos también fueron asesinados durante la violenta represión de la revuelta ciudadana en Oaxaca que duró meses. El día después del asesinato de Will, el Presidente Vicente Fox – con la aprobación tácita del Presidente-electo Felipe Calderón – envió tropas federales para “restaurar el orden”, intensificando la violencia y el derramamiento de sangre.

Años después, el caso de Will continúa siendo una prueba fundamental del sistema de justicia mexicano. Por todas las medidas se ha comprobado que el sistema de justicia es corrupto, bloqueando la justicia en lugar de facilitarla. Expertos independientes, incluido “Physicians for Human Rights”, reunió evidencia forense y médica cuando se volvió evidente que no se le podía confiar la tarea a los investigadores enviados por el gobierno. La investigación gubernamental del crimen llegó a la absurda conclusión que miembros del movimiento de protesta que caminaban a un lado de Will fueron los que le dispararon. Un hombre estuvo encerrado en prisión por más de un año hasta que la indignación nacional e internacional forzaron su liberación por falta de evidencia. La Procuraduría General de la República (PGR) se apoderó del caso y básicamente lo enterró hasta que el nuevo gobierno estatal revivió las investigaciones.

La ayuda estadounidense hacia los militares y la policía mexicana bajo la Iniciativa Mérida ha incluido instrucciones provenientes del Congreso para resolver el caso de Will. A pesar de la absoluta falta de esfuerzos genuinos o progreso hasta ahora, el Congreso ha vertido más de $1.6 billones en ayuda para la seguridad mexicana bajo la Iniciativa.

Puesto que las elecciones presidenciales están a solo seis semanas de llevarse a cabo, muchos interpretarán el progreso aparente en el caso de Will como una instancia de que los partidos políticos están buscando posicionarse. Durante la temporada de campaña electoral, casi a cualquier cosa que aquí sucede se le da un giro electoral. Pero tendremos que esperar y ver qué evidencia es presentada y si coincide con estudios independientes.

Por ahora, el arresto parece representar un avance. La mayor preocupación es que el asesino trabajó solo. Una revisión con sentido común del contexto indicaría que existe un motivo político en el crimen bajo el contexto de represión del movimiento. Si ese es el caso, las órdenes probablemente vinieron desde arriba.

Sin una investigación exhaustiva a los autores intelectuales del ataque del francotirador no podremos estar seguros de que las ruedas de la justicia están, finalmente, empezando a rodar en el caso del asesinato de Bradley Roland Will.

Laura Carlsen es directora del Programa de las Américas, www.americas.org/es. Contacto: info@americas.org

Traducido por Nara González, Programa de las Américas.

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