
Una semana después de los ataques lanzados por Israel contra instalaciones nucleares e infraestructura militar clave iraní, así como edificios residenciales –que provocaron la muerte de altos oficiales, científicos nucleares y civiles–, nos encontramos al borde de una crisis que podría desembocar en una similar a la de los misiles en Cuba, en 1962. El ataque israelí, con consentimiento del Presidente Donald Trump, tuvo lugar en medio de las negociaciones que se llevaban a cabo entre Irán y Estados Unidos en Omán sobre el programa nuclear iraní. El gobierno israelí no esperó las 48 horas que faltaban para que concluyeran las negociaciones e inició un ataque ilegal, que viola el derecho internacional.
Contrariamente a Israel, que no es parte del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP), Irán, al pertenecer a dicho Tratado, estaba sujeto a revisiones sistemáticas. En marzo de este año, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, testificó ante el Congreso de Estados Unidos sobre el programa nuclear de Irán e informó que ese país no estaba construyendo un arma nuclear a pesar de que había enriquecido uranio a niveles más altos. Pero Trump desestimó la evaluación de las agencias de espionaje de su país y dijo que su directora está equivocada, y que en su opinión Irán estaba “muy cerca” de tener una bomba nuclear.
El gobierno iraní respondió a los ataques de Israel en legítima defensa y anunció el lanzamiento de la Operación Promesa Verdadera 3, con cientos de misiles iraníes que han logrado vulnerar el “impenetrable” Domo de Hierro. Los objetivos alcanzados por misiles lanzados desde Irán en las ciudades de Tel Aviv y Haifa han sorprendido por su precisión.
Israel necesita el apoyo militar de Estados Unidos para derrocar al gobierno iraní, el principal objetivo de esta aventura bélica. ¿Incursionará Trump militarmente en Irán? Esta es la gran incógnita que tiene al mundo en vilo. Ha dicho que se tomará un plazo de hasta dos semanas para ver si se involucra. Diplomáticamente, se le ha hecho saber a Trump que ello sería inaceptable.
La antidiplomacia
Hipnotizado con el espejo de la imagen que proyecta su ego, Trump carece de la capacidad diplomática para resolver un conflicto de estas dimensiones. Así, por ejemplo, cuando apenas habían sido sepultadas las autoridades iraquíes fallecidas durante la primera incursión israelí, el Presidente dijo que conocía la ubicación exacta del líder supremo de Irán, Alí Jamenei, pero descartó, “al menos por ahora”, la posibilidad de eliminarlo.
Trump tiene una enorme responsabilidad en la situación actual. En 2018 se retiró del Plan de Acción Integral alcanzado en 2015 para reorientar el programa nuclear iraní hacia fines civiles a cambio del levantamiento de las sanciones que tanto los países firmantes (Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido, Francia y Alemania) como la Unión Europea y las Naciones Unidas habían adoptado previamente. Desoyendo a sus asesores, a las otras partes del Acuerdo, y sin ninguna estrategia, sus explicaciones apuntaban a que sólo la disuasión solucionaría los problemas asociados a la proliferación y todos los demás derivados del “maligno” comportamiento iraní. Siete años después, las conversaciones entre Irán y Estados Unidos se retomaron en abril de este año. Las primeras fueron calificadas como muy positivas y constructivas.
El ataque israelí a Irán y la ruptura de las negociaciones dieron lugar a que al Presidente Trump se le ocurriera decir que los iraníes lo habían contactado para negociar en la Casa Blanca, pero ya era demasiado tarde para hablar. La misión permanente de Irán ante la ONU aclaró inmediatamente que “ningún funcionario iraní ha pedido jamás humillarse ante la Casa Blanca. Lo único más despreciable que sus mentiras es su cobarde amenaza de ‘eliminar’ al líder supremo de Irán”. Dijeron que Irán “NO negocia bajo presión, NO aceptará la paz bajo presión, y mucho menos con un belicista en decadencia que se aferra a la relevancia”.
Aislamiento
En el plano de las instituciones de la gobernanza global, el desprestigio y aislamiento de Estados Unidos e Israel es creciente. Hace veinte días, el primero fue el único país que vetó en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas una Resolución para poner un alto el fuego en Gaza. El 12 de junio esa misma resolución –que exige un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente en Gaza, al igual que la liberación inmediata de todos los rehenes, la entrada de ayuda humanitaria irrestricta y la rendición de cuentas de parte de Israel– obtuvo 149 votos a favor, 12 en contra (Estados Unidos, Israel, la Argentina y Paraguay entre ellos) y 19 abstenciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Para tratar específicamente el tema de la guerra desatada por los ataques de Israel contra Irán, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, convocado por Irán, se reunió el viernes. En ese recinto, la secretaria general adjunta y encargada de asuntos políticos, Rosemary Di Carlo, señaló que “cualquier expansión adicional del conflicto entre Israel e Irán podría tener enormes consecuencias para la región y para la paz y la seguridad internacionales”. Asimismo, informó del impacto devastador de la reciente escalada en los civiles de ambos países y reportó más de un centenar de ataques contra las instalaciones nucleares y militares iraníes, al igual que viviendas, hospitales e inmuebles gubernamentales en Teherán y Ahvaz. Dijo que las muertes en Irán rebasan las 200, aunque el Ministerio de Salud de Irán informó ayer que el número ha ascendido a 430. Además destacó el bombardeo a la televisión iraní durante una transmisión en vivo y dijo que el conflicto ha dado lugar a una escasez de combustible y ha provocado desplazamientos masivos, sobre todo en Teherán, lo que está generando una crisis humanitaria.
Con respecto a la respuesta iraní, señaló que los misiles han golpeado Tel Aviv, Haifa y Beersheba, dañando infraestructuras críticas y dejando 24 muertos, cifra que las autoridades israelíes mantienen.
En una forma diplomática de decirle al gobierno de Estados Unidos que no se involucre militarmente en esa guerra, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señaló que escalar el conflicto sería una amenaza directa para la paz regional y global, con consecuencias devastadoras. Tanto China como Rusia volvieron a condenar enfáticamente el ataque de Israel a Irán. El día anterior los Presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin sostuvieron una conversación telefónica en la que coincidieron en urgir a Israel a suspender los ataques y advertir a Estados Unidos contra su intervención militar dado que sería “un paso muy peligroso”.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, resaltó el deterioro de la seguridad nuclear en las plantas iraníes debido a los bombardeos israelíes. Señaló que a pesar de que aún no hay una fuga radiológica que perjudique a la población, existe el peligro de que esto ocurra, en particular en la central nuclear de Bushehr. Reiteró la prohibición internacional de atacar las instalaciones y el material nuclear.
La representante estadounidense señaló que la capacidad nuclear iraní ha sido una amenaza constante para la paz y seguridad de la región y respaldó la arremetida israelí, añadiendo que Irán debe abandonar “por completo” su programa de enriquecimiento de uranio. Agregó que el gobierno iraní debe abandonar su ambición nuclear para evitar más destrucción y, en su lugar, optar por la prosperidad para su pueblo.
El embajador de Irán respondió que las agresiones de Israel “no fueron un accidente, ni fueron daños colaterales: fueron crímenes de guerra deliberados, actos de terrorismo de Estado y un ejemplo de guerra bárbara”. Reiteró que el programa nuclear iraní tiene fines pacíficos y recordó que Israel sigue siendo el único país de Medio Oriente con armas nucleares no declaradas. Dijo que, a diferencia de Israel –que ha atacado instalaciones civiles, entre los que destacó el bombardeo a cinco hospitales–, la respuesta militar de su país se ha ajustado al derecho internacional.
Casi todos los países árabes de esa región, Turquía, y los asiáticos, así como el mundo musulmán han condenado la incursión israelí. En América Latina, solo la Argentina y Paraguay han apoyado los ataques israelíes y, en Europa, salvo el Reino Unido, Alemania, Francia y la República Checa, que han dicho que Israel tiene derecho a la legítima defensa, el resto ha optado por invocar a la desescalada del conflicto.
Los BRICS y el Acuerdo de Cooperación de Shanghai
El ex asesor de seguridad nacional durante el primer gobierno de Trump, general Michael Flynn, considera que Israel pelea por la preservación de la civilización occidental en esta región y que debe terminar el trabajo, aunque reconoce que tomará un poco de tiempo. Con su guerra contra Irán, Benjamin Netanyahu considera que Israel está cambiando no solo la faz del Medio Oriente sino del mundo, y “cualquier ayuda es bienvenida” para derrotar el programa nuclear de la República Islámica.
Para Flynn se trata de instalar un gobierno pro estadounidense en Irán para que este se acerque al gobierno de la India, “toda vez que el Primer Ministro (Narendra) Modi es islamofóbico”, por lo que se ha hecho muy amigo de Netanyahu. El ex asesor de Trump señala que Estados Unidos desea un Irán cercano a su país y a India, y contrario a Pakistán, de tal manera de constituir una alianza estratégica con Japón, Corea del Sur y Filipinas y así recuperar la hegemonía en la región del Indopacífico para enfrentar y cercar a China, según sus palabras.
En el marco del Acuerdo de Cooperación de Shanghai (OCS), organización de cooperación y seguridad en la región euroasiática establecida en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, a la que posteriormente se unieron India, Pakistán, e Irán, se condenaron enfáticamente los ataques israelíes contra Irán. La organización los denunció como asaltos contra objetivos civiles, que han desembocado en la muerte de no combatientes, lo que constituye tanto una violación contra la soberanía de Irán como una “grosera violación del derecho Internacional y de la Carta de Naciones Unidas”. Asimismo, abogaron “firmemente por la resolución de la situación en torno al programa nuclear iraní exclusivamente por medios pacíficos, políticos y diplomáticos”.
Sin embargo, al día siguiente la cancillería de la India dijo que no participó en las discusiones sobre la declaración. La posición de esa cancillería no condena el ataque de Israel a Irán y solo insta a que se utilicen los canales de diálogo y diplomacia para trabajar en pos de la desescalada. Cabe señalar que India es el mayor comprador de armas de Israel, y en 2024 empresas armamentísticas indias también vendieron cohetes y explosivos a Israel durante la guerra en Gaza, de acuerdo a una investigación de Al Jazeera. Al mismo tiempo, India ha estado desarrollando el puerto iraní de Chabahar como puerta de entrada para sus exportaciones al Asia Central y Afganistán.
Es importante destacar que un día antes de distanciarse de la declaración de la OCS, India se abstuvo de votar en la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el mencionado proyecto de resolución que exigía un alto el fuego “inmediato, incondicional y permanente” en Gaza, debido a los asesinatos de la población palestina por el ejército israelí cuando iban a buscar alimentos repartidos por un sistema organizado por Estados Unidos e Israel, seriamente criticado por las Naciones Unidas y otras entidades de ayuda humanitaria. Se trata de la misma Resolución que fue vetada por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el pasado 4 de junio.
Algunos analistas atribuyen este voto a que la India podría haber estado influenciada por su deseo de mantener buenas relaciones con Estados Unidos, al estar cerca de un acuerdo comercial con este país, que intentará cerrar antes de que el arancel del 27% anunciado por Trump a los productos indios entre en vigor a principios de julio.
Finalmente, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abás Araqchí, y sus pares de Francia, Reino Unido, Alemania y la alta representante de Exteriores de la Unión Europea dejaron abierta una vía diplomática con relación al programa nuclear de Irán, que este país condicionó a que Israel cese los ataques contra su territorio, después de una reunión en Ginebra sostenida el viernes.
Irán representa una cuña en el proyecto geopolítico de Israel y de Estados Unidos. Más que su programa nuclear les preocupa sus fuertes lazos con Rusia y China. En los últimos años todos los gobiernos del vecindario de Israel han sido desestabilizados y derrocados con apoyo del gobierno estadounidense, salvo el de Irán. Su turno tiene lugar en un mundo multipolar y con una grave crisis interna en Estados Unidos. La tarea será más difícil, cuando no imposible, dada la nueva correlación de fuerzas.