Los resultados de la Primera Vuelta de las elecciones generales en Brasil fueron bastante sorprendentes en comparación con los números que apuntaban las encuestas de intención de voto de varios institutos en las últimas semanas. Si, por un lado, el expresidente Luis Inácio Lula da Silva casi fue elegido el 2 de octubre, alcanzando el 48,4 % de los votos válidos (57 millones de votos), por otro lado el actual presidente Jair Bolsonaro obtuvo el 43,2 % de los votos válidos (51 millones de votos), dato que superó por mucho las proyecciones que le daban las encuestas hasta la víspera de las elecciones y demostró un grado de resiliencia y penetración social de la extrema derecha brasileña que el campo progresista no imaginaba que existiera.