Antes de cruzar el océano Atlántico, doña Hilda Legideño Vargas, lo más lejos que había viajado era Chilpancingo. Con la detención y desaparición de su hijo Jorge Antonio Tizapa Legideño, ha tenido que viajar por tierra y aire para buscarlo, sin saber dónde encontrarlo.
“Queremos justicia, queremos la verdad y vamos a exigir que nos devuelvan a nuestros hijos”, advirtió antes de partir a Europa para reunirse con el Comité de Naciones Unidas contra las Desapariciones Forzadas, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra.